Estados Unidos y la Unión Europea (UE) han exigido el cese inmediato de las hostilidades en el conflicto que enfrenta a Tailandia y Camboya. Esto se produce tras recientes enfrentamientos armados en la frontera común, que han dejado al menos 11 civiles muertos, entre ellos varios niños. Las autoridades de ambos países se acusan mutuamente de ser responsables del inicio de los ataques, mientras los combates continúan en la zona limítrofe.
Preocupación internacional
“Estamos profundamente preocupados por la escalada de violencia en la frontera entre Tailandia y Camboya. Nos entristecen profundamente las informaciones de daños a civiles”, afirmó el portavoz adjunto del Departamento de Estado estadounidense, Tommy Pigott. Este funcionario aseguró que Washington ha pedido la protección de la población, una solución pacífica y el respeto de los parámetros internacionales.
El portavoz de Exteriores de la Unión Europea, Anouni El Anouni, desde Bruselas, también expresó su preocupación. “Nos preocupa profundamente” esta situación, enfatizando en los informes sobre las víctimas civiles. Anouni subrayó la exigencia de la UE para que ambas partes actúen con moderación, reanuden el diálogo diplomático y prioricen la seguridad de los habitantes de la región.

Origen del conflicto
Este conflicto se origina en enfrentamientos con armamento pesado en una zona fronteriza en disputa. Tanto Tailandia como Camboya presentan versiones opuestas sobre quién inició los ataques. Las relaciones bilaterales se han deteriorado desde el 28 de mayo de 2025, cuando un soldado camboyano perdió la vida en un enfrentamiento con fuerzas tailandesas cerca del templo de Preah Vihear.
Escalada de combates
Los combates se intensificaron después de que Tailandia decidiera reducir sus lazos diplomáticos con Camboya. Esto ocurrió tras un incidente en el que cinco soldados tailandeses resultaron heridos por la explosión de una mina antipersona en Ubon Ratchathani. Hasta el momento, los contactos diplomáticos establecidos para intentar reducir la tensión no han dado resultados.
El conflicto sigue generando preocupación internacional debido a la escalada de violencia y su impacto en la población civil. La comunidad internacional observa con atención la situación, esperando que se logre una solución pacífica que garantice la seguridad de los ciudadanos en la región.
