Argentina ha alcanzado el superávit fiscal por primera vez en más de 100 años bajo la administración del presidente Javier Milei. Este logro coloca al país entre los cuatro del mundo que cuentan con un equilibrio fiscal sostenido. Sin embargo, este avance se produce en un contexto de oposición política, donde senadores kirchneristas intentan aprobar proyectos que podrían revertir esta situación.
El superávit fiscal es un hito importante, ya que significa que el Estado argentino gasta menos de lo que recauda y puede pagar su deuda. La administración libertaria ha conseguido reducir la inflación, disminuir la pobreza y lograr una recuperación económica. Esta transformación se ha logrado a través de un programa de austeridad y un orden macroeconómico que se centra en eliminar el déficit fiscal, el cual ha sido la raíz de crisis inflacionarias y estancamiento económico durante décadas.
Un principio moral
El Gobierno presenta el equilibrio fiscal como un principio moral: no gastar lo que no se tiene y no hipotecar el futuro con deuda y emisión. Argentina ha recibido reconocimiento por parte de instituciones financieras internacionales debido a su esfuerzo sin precedentes para corregir el rumbo económico. El ingreso al grupo de países con superávit fiscal, junto a economías como Noruega, Dinamarca y Australia, indica un nuevo prestigio en los mercados internacionales.
Resistencias políticas
No obstante, estos logros han generado resistencias. Recientemente, senadores kirchneristas aprobaron proyectos de ley que buscan aumentar el gasto, lo que podría llevar a una nueva crisis. El Gobierno de Milei ha advertido que vetará cualquier intento de romper el superávit fiscal.
Defensa del equilibrio fiscal
El presidente Milei ha afirmado que defenderá el equilibrio fiscal, consciente de que detrás de este concepto se juega el bienestar presente y futuro de todos los argentinos.