El Banco Central Europeo ha emitido una advertencia sobre el impacto del clima extremo en la economía de la zona del euro. Según un análisis publicado en su blog el 9 de julio de 2025, se estima que el producto interior bruto (PIB) podría caer hasta un 5 % para el año 2030. Esta preocupación se alinea con las estimaciones de la Comisión Europea, que señala que las sequías en Europa generan pérdidas anuales de 9.000 millones de euros, lo que equivale a casi el 5 % del presupuesto de la Unión Europea para 2024.
Los pronósticos se fundamentan en nuevos cálculos realizados por la Red de bancos centrales, cuyo objetivo es promover un sistema financiero más sostenible. Desde su creación en 2017, esta red ha publicado diversos documentos que abordan el riesgo climático y medioambiental. Según el artículo escrito por la vicepresidenta del Bundesbank, Sabine Mauderer, y el economista Livio Stracca, las pérdidas por sequías aumentarán en el futuro cercano.
Mauderer y Stracca destacan que “la falta de agua superficial es la amenaza más importante relacionada con la naturaleza para la actividad económica en la zona del euro”. Esta situación podría poner en riesgo hasta un 15 % de la producción económica bruta de la región. Además, se estima que el PIB anual de la zona del euro podría reducirse en un 4,7 % para el año 2030 si todos los países enfrentan olas de calor, sequías e incendios en 2026, seguidos de inundaciones y tormentas en 2027.
Impacto en la producción y la inflación
La disminución del PIB se debe a la interrupción de la producción, el encarecimiento de los préstamos y el aumento de la inflación. Para mitigar estos efectos, es crucial implementar políticas de protección del clima. La zona del euro ya cuenta con estrategias para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en un 55 % para el año 2030, en comparación con los niveles de 1999. Estas políticas son fundamentales para evitar una caída tan drástica del PIB y un incremento de la inflación.
Consecuencias de la crisis climática
La crisis climática presenta riesgos significativos para la economía europea. La combinación de fenómenos climáticos extremos podría llevar a una recesión de magnitud similar a la que se experimentó durante la Crisis Financiera Global. Por lo tanto, es esencial que se tomen medidas proactivas para enfrentar estos desafíos y proteger la economía de la zona del euro.