Bolivia cerró el año 2024 con un crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) de apenas 0,7%. Este resultado se encuentra entre los más bajos de las últimas dos décadas, aunque es superior a la caída del -8% que se registró en 2020, durante la pandemia. Esta información fue proporcionada por el Instituto Nacional de Estadística (INE) el viernes 4 de julio de 2025.
Proyecciones del gobierno
En el Presupuesto General del Estado (PGE), el Gobierno había estimado un crecimiento del 3,71% para 2024. Sin embargo, el resultado final se aleja considerablemente de esa proyección. Esta diferencia refleja un escenario económico marcado por diversos factores internos que afectaron el desempeño del país.
Impacto de los bloqueos
Humberto Arandia, director del INE, señaló que uno de los elementos que más impactó fue la cantidad de bloqueos registrados durante el año. Indicó que las caídas en el Índice Global de la Actividad Económica (IGAE) coincidieron con los momentos de mayor conflicto social, sobre todo en el último trimestre.
Arandia indicó que entre los sectores más perjudicados estuvieron el transporte y el comercio, debido a las restricciones en la circulación y el desabastecimiento de productos. También hubo efectos negativos en la producción agropecuaria y en la industria manufacturera. A esto se sumó la caída sostenida en la producción de hidrocarburos, que arrastra una tendencia negativa desde gestiones anteriores.

Áreas con leve dinamismo
A pesar de este contexto adverso, algunas áreas de la economía mostraron un leve dinamismo. Actividades como los servicios financieros, la hotelería, los restaurantes, los servicios personales y la producción de minerales no metálicos registraron un desempeño positivo y ayudaron a contener la desaceleración general.
Crecimiento en el agro
En el sector agropecuario, se observó un crecimiento en la producción pecuaria y en cultivos no industriales. Sin embargo, los productos destinados a la industria, como la soya, sufrieron una fuerte caída debido a la sequía. Esta situación también afectó a la industria alimentaria, en especial a la producción de aceite vegetal.
Disponibilidad de soya
Arandia indicó que la escasa disponibilidad de soya se hizo evidente hacia finales de 2024. Afirmó que esto no solo se reflejó en los datos, sino también en la percepción de la población, que enfrentó una oferta reducida de ciertos productos básicos.
LDVY