El 6 de junio de 2025 se celebra el Día Mundial del Yo-yo, un evento que reúne a aficionados y expertos en diversas ciudades del mundo, como Nueva York, Tokio, Lima y Ciudad de México. Esta conmemoración rinde homenaje al legado de Pedro Flores, quien en 1928 fundó la primera fábrica dedicada a la producción de yo-yos en California.
Los vestigios más antiguos de este artefacto se remontan al año 500 a. C., cuando en Grecia se fabricaban versiones rudimentarias de arcilla y madera. Estudios arqueológicos indican que estos objetos también cumplían funciones ceremoniales. En Asia, específicamente en China y Filipinas, el yo-yo era utilizado por algunos guerreros filipinos como arma de defensa a larga distancia.
El auge comercial
Aunque el yo-yo circulaba en distintas culturas, fue en el siglo XX cuando se convirtió en un fenómeno comercial. En 1928, Pedro Flores abrió la primera fábrica dedicada exclusivamente a su producción. Su diseño introdujo una mejora clave: la cuerda no estaba atada al eje, sino que lo rodeaba, lo que permitía que el juguete “durmiera” al girar en el aire. Este cambio revolucionó su manejo y abrió la puerta a una infinidad de trucos y acrobacias.
Flores organizaba torneos para promover su uso. Su visión atrajo a Donald F. Duncan, un empresario estadounidense que compró los derechos del diseño y expandió el negocio por todo el país. El yo-yo pasó de ser una rareza a un fenómeno de masas, acompañado por campañas publicitarias e instructores profesionales.
El yo-yo como deporte
Lejos de quedar como una moda pasajera, el yo-yo evolucionó hacia una disciplina casi deportiva. Hoy en día existen ligas internacionales, torneos mundiales y categorías de competencia que evalúan velocidad, precisión y creatividad. En Japón surgieron escuelas especializadas y marcas como Yomega o YoYoFactory han desarrollado versiones tecnológicas que permiten trucos imposibles con modelos tradicionales.
Trucos como “el columpio”, “la torre Eiffel” o “el trapecio” han dado paso a movimientos complejos que combinan malabares y ritmo. Hay campeonatos como el World Yo-Yo Contest que reúnen a cientos de jugadores de todo el planeta. Plataformas como YouTube e Instagram han revitalizado su popularidad con tutoriales y rutinas técnicas.
Celebración del Día Mundial
La elección del 6 de junio de 2025 como Día Mundial del Yo-yo se celebra en honor al legado de Pedro Flores. Desde entonces, la comunidad internacional conmemora esta jornada con eventos públicos, exhibiciones y lanzamientos de nuevos modelos en plazas y centros comerciales.
En ciudades como Nueva York, Tokio, Lima o Ciudad de México se organizan reuniones donde se mezclan generaciones. Padres enseñan a sus hijos; jóvenes prodigios muestran sus rutinas en escenarios improvisados. Las redes sociales también se suman al festejo con retos virales y transmisiones en vivo.
Impacto cultural del yo-yo
Museos del juguete, canales educativos y medios especializados aprovechan la efeméride para recordar la evolución del yo-yo. Este objeto giratorio ha resistido la obsolescencia y ha sabido reinventarse constantemente.