Los cambios bruscos de temperatura, que alternan entre climas cálidos y fríos extremos, son fenómenos provocados por el cambio climático. Estos cambios afectan de manera negativa tanto a los ecosistemas como a la salud de las personas. Desde 1961, la frecuencia e intensidad de estos eventos han aumentado, y un nuevo estudio indica que esta tendencia continuará hasta el final del siglo XXI.
La investigación, publicada el 22 de abril de 2025 en la revista Nature Communications, advierte que estos repentinos cambios de temperatura, que implican pasar de condiciones extremadamente cálidas a frías o viceversa, serán cada vez más comunes. Esto representa un riesgo particular para los países de renta baja.
El estudio fue llevado a cabo por un equipo de científicos de Canadá, China y Estados Unidos, liderado por la Universidad de Guangzhou en China. Los investigadores prevén que, debido a la falta de tiempo para adaptarse a estos cambios bruscos, los efectos negativos del calor y el frío extremos, como sequías, gotas frías y olas de calor, se amplificarán. Esto afectará la salud humana y animal, así como las infraestructuras, la vegetación y la agricultura.
Investigación sobre cambios de temperatura
A pesar de que existen numerosos estudios sobre fenómenos climáticos relacionados con el calor o el frío extremos, aún se conoce poco sobre las consecuencias más amplias de los cambios rápidos entre ambos. Para entender mejor este fenómeno, Ming Luo, de la Universidad de Guangzhou, y su equipo analizaron datos sobre cambios bruscos de temperatura a nivel mundial desde 1961 hasta 2023.
Los datos se combinaron con modelos climáticos para investigar tendencias a largo plazo y prever cambios futuros hasta finales del siglo XXI en diferentes escenarios de cambio climático. El equipo descubrió que más del 60% de las regiones del mundo analizadas han experimentado un aumento en la frecuencia, intensidad y velocidad de transición de los cambios de temperatura desde 1961.
Aumentos en diversas regiones
Los mayores incrementos se registraron en Europa Occidental, América del Sur, África, así como en Asia Meridional y Sudoriental. Además, utilizando cinco escenarios de emisiones de gases de efecto invernadero establecidos por el IPCC (Grupo Intergubernamental para el Cambio Climático) para el mundo entre 2050 y 2100, los científicos calcularon cómo se comportarán los cambios bruscos de temperatura.
En los escenarios de altas emisiones, donde las emisiones de CO2 continúan aumentando durante el siglo XXI, el estudio prevé que los cambios bruscos de temperatura aumenten en intensidad y duración entre 2071 y 2100. También se anticipa que la duración de las transiciones entre los dos extremos disminuirá.
Impacto en la población mundial
En esos escenarios, los autores predicen que la exposición de la población mundial a los cambios bruscos de temperatura podría incrementarse en más de un 100%. Los países de renta baja experimentarían un aumento de exposición de 4 a 6 veces mayor que la media mundial.
Sin embargo, las proyecciones en escenarios de emisiones medias-bajas, donde las emisiones se reducen, sugieren que el aumento de la exposición global podría limitarse mediante acciones para reducir las emisiones y el calentamiento asociado.
Necesidad de adaptación global
El informe concluye que es crucial comprender y mitigar la aceleración de los cambios bruscos de temperatura debido al calentamiento global. Esto es especialmente importante para mejorar la capacidad de adaptación en todo el mundo, y más aún en los países en desarrollo con grandes poblaciones.
Víctor Resco de Dios, profesor de Ingeniería Forestal en la Universidad de Lleida, señala que el informe demuestra científicamente cómo «el tiempo está loco», una expresión popular que resume los efectos del cambio climático. Además, el estudio indica que esta volatilidad climática aumentará, lo que podría tener consecuencias drásticas en la agricultura, como la floración anticipada de especies debido al calor o la pérdida de cosechas por descensos bruscos de temperatura.
Consecuencias para la salud
Xavier Rodó, profesor de investigación ICREA y responsable del programa Clima y Salud de ISGlobal, considera que el estudio es «interesante, metodológicamente correcto y bien desarrollado». Rodó destaca que los cambios bruscos de temperatura tendrán repercusiones en la salud humana, un aspecto que requerirá mayor atención en el futuro.
Sin embargo, Rodó también menciona que las únicas limitaciones del estudio son las simulaciones de los extremos en escenarios futuros, ya que los modelos climáticos «no están tan preparados como para simular el comportamiento medio del clima».
