La tensión entre el Gobierno y los productores de leche está en aumento. El ministro de Desarrollo Rural y Tierras, Yamil Flores, ha afirmado que el precio de la leche para el consumidor se mantendrá en Bs 6,90. Sin embargo, los productores advierten que la producción está disminuyendo y que el abastecimiento podría colapsar si no se atienden sus demandas.
La propuesta oficial sugiere un incremento de solo 0,50 por litro para los productores. No obstante, los lecheros sostienen que este aumento no cubre sus costos de producción. Actualmente, reciben entre Bs 3,50 y Bs 3,60 por litro, pero están pidiendo que el precio se eleve a Bs 6.
“Ya no pueden sostener la actividad. Están enviando sus vacas al matadero. Es una situación crítica”, advirtió Eduardo Cirbián, presidente de la Federación Departamental de Productores de Leche (Fedeple).
Propuesta de ajuste diferenciado
El dirigente explicó que la oferta del Gobierno es insuficiente. El sector ha propuesto un ajuste diferenciado, que incluye incrementos del 60% para la leche no regulada, 30% para la leche regulada y 10% para la leche destinada a la exportación.
Crisis de precios y costos
A la crisis de precios se suma la escasez de dólares, el aumento de los costos del maíz, la soya y los combustibles, así como las deudas que enfrentan los productores.
En el Beni, la situación es igualmente grave. “Las lecherías se están dejando. Ahorita está mejor hacer queso que vender leche”, afirmó Raúl Eggers, presidente del sector en el departamento. Criticó que el Gobierno ofrezca Bs 4 por litro, cuando la misma Pro Bolivia reconoce que el costo de producción es de Bs 5,16. Esto significaría trabajar a pérdida.
Acceso a insumos y costos
Ambos dirigentes coincidieron en que el acceso a insumos se vuelve cada vez más complicado y que los costos están fuera de control. Eggers reclamó que antes un quintal de maíz costaba Bs 60 y ahora se encuentra en Bs 170.
Movilizaciones posibles
Mientras las negociaciones se encuentran en un cuarto intermedio, los productores no descartan la posibilidad de movilizaciones. El malestar es generalizado, y si no se encuentra una solución realista, la producción de leche podría desplomarse en todo el país.
LDVY