Unas huellas fosilizadas que tienen alrededor de 100 millones de años, descubiertas en Canadá, han llevado a los científicos a identificar una nueva especie de anquilosaurio. Este hallazgo ha sido documentado en un estudio publicado en el Journal of Vertebrate Paleontology.
Las huellas se remontan a la mitad del Cretácico, un periodo que abarca entre 100 y 94 millones de años. Fueron encontradas en Tumbler Ridge, ubicado en las Montañas Rocosas de Columbia Británica, así como en el noroeste de Alberta.
Clasificación de los anquilosaurios
Los anquilosaurios se dividen en dos grupos principales. Por un lado, están los anquilosaurios nodosaurios, que tienen cola flexible y cuatro dedos. Por otro lado, se encuentran los anquilosauridos, que poseen una cola en forma de maza y solo tres dedos en sus pies.
Nueva especie: Ruopodosaurus clava
El equipo de investigación, liderado por el Royal BC Museum de Canadá, ha nombrado a esta nueva especie como Ruopodosaurus clava. Este nombre significa «lagarto con garrote y maza», haciendo referencia tanto a la ubicación montañosa donde se hallaron las huellas como a los distintivos garrotes que presentan en su cola estos dinosaurios.
Se estima que el Ruopodosaurus medía entre 5 y 6 metros de largo. Este dinosaurio contaba con púas y armadura, y su cola era rígida, con forma de garrote. Victoria Arbour, una paleontóloga especializada en el estudio de los anquilosaurios y coautora del estudio, destacó estas características.
Diferencias en las huellas
A diferencia de las conocidas huellas del anquilosaurio Tetrapodosaurus borealis, que se han encontrado en diversas partes de Norteamérica y presentan cuatro dedos, las nuevas huellas solo tienen tres. Esto convierte a estas huellas en los primeros ejemplos documentados de anquilosaurido en el mundo.
Este descubrimiento también revela que los dos tipos principales de anquilosaurios, incluyendo esta nueva especie de tres dedos, coexistieron en la misma región durante ese periodo de la historia.
Importancia del hallazgo
Victoria Arbour enfatizó que este hallazgo proporciona una nueva pieza del rompecabezas sobre las antiguas criaturas que una vez habitaron lo que hoy es Canadá.