El diputado Héctor Arce anunció que realizará una visita a dos recintos penitenciarios con el objetivo de verificar la detención preventiva de tres policías que están implicados en la muerte del dirigente cocalero Johnny Cruz. Este trágico suceso ocurrió durante un operativo de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Narcotráfico (Felcn) en Ivirgarzama el 26 de marzo de 2025.
Verificación de detenciones
Arce busca corroborar la versión del Ministro de Gobierno, Eduardo Del Castillo, quien mencionó que los efectivos policiales recibieron supuestos impactos de bala durante el operativo. Según Arce, la muerte de Cruz fue una “ejecución” llevada a cabo por la Policía, interpretada como un acto de hostigamiento y persecución hacia Evo Morales, así como hacia dirigentes sindicales y parlamentarios que critican la gestión del Presidente Luis Arce.
El diputado reveló que un “policía patriota” le advirtió sobre estar bajo vigilancia constante y le recomendó tener cuidado con el Gobierno. A pesar de esto, Arce afirmó que no teme a las acciones de seguimiento ni a las denuncias que, según él, estarían siendo promovidas en su contra desde el Viceministerio de Gestión y Coordinación Gubernamental.

Detención de los policías
El sábado 26 de marzo, el fiscal departamental de Cochabamba, Osvaldo Tejerina, comunicó que el Juzgado de Niñez y Adolescencia N°1 de Ivirgarzama decidió la detención preventiva de los tres efectivos policiales acusados del homicidio del dirigente cocalero. Los imputados son Delin B. (40), José L. M. (28) y Ovidio M. (38). Según la acusación, Delin B. es señalado como el autor material del disparo que causó la muerte de Cruz.
Delin B. fue trasladado al penal de San Pablo, ubicado en Quillacollo, mientras que José L. M. y Ovidio M. cumplirán su detención preventiva en el penal de San Pedro de Arani. La Fiscalía ha iniciado una investigación debido a las contradicciones encontradas en las declaraciones de los tres efectivos involucrados.

Detalles del operativo
El incidente tuvo lugar durante un operativo en el que los agentes buscaban capturar a Ariel Villarroel, quien es considerado el presunto líder de una organización criminal. En el lugar, se produjo un enfrentamiento con los pobladores, quienes reaccionaron lanzando piedras, palos y disparos. Un disparo por la espalda alcanzó al dirigente, quien falleció de inmediato.
La autopsia realizada reveló que el disparo fue desproporcionado, lo que contradice la versión inicial de que los efectivos actuaron en “legítima defensa”. Además, la prueba de absorción atómica realizada al dirigente descartó que hubiera disparado un arma, y no se encontró ninguna en el lugar de los hechos.