Chile está enfrentando un problema creciente de desperdicio energético en su sistema eléctrico. En 2024, se perdieron más de 5.900 GWh, lo que representa un aumento del 148% en comparación con el año anterior. La Asociación de Energías Renovables y Almacenamiento (Acera) y el Coordinador Eléctrico Nacional (CEN) han señalado que las principales causas de esta situación son la sobreoferta y las congestiones en la línea de transmisión. Además, la falta de crecimiento en la demanda eléctrica, que se atribuye al estancamiento económico del país, también está contribuyendo a este problema.
Impacto del desperdicio energético
La energía que se ha perdido equivale al 20% de toda la generación eólica y solar de 2024. Esto podría haber abastecido el consumo anual de electricidad de 2.190.000 hogares. Si se hubiera aprovechado esta energía, la participación de las energías renovables en el sistema eléctrico habría alcanzado el 47%, en lugar del 40% actual. Esto mantendría a Chile como el segundo país con la red eléctrica más limpia de Latinoamérica, solo detrás de Brasil.
Causas del desperdicio
Ernesto Huber, director ejecutivo del CEN, reveló que el 80% de los recortes de energía se deben a la sobreoferta, mientras que el 20% restante se atribuye a las congestiones en la línea de transmisión. La capacidad instalada de energía solar y eólica en Chile supera los 16.000 MW, mientras que la demanda máxima del sistema puede llegar hasta 12.000 MW durante el día.
Ana Lía Rojas, directora ejecutiva de Acera, explicó que en los últimos años, la demanda eléctrica no ha crecido al ritmo necesario en un país que se está electrificando. Ella atribuye esta falta de demanda al estancamiento económico del país, cuyo Producto Interno Bruto (PIB) no ha aumentado más del 3% anual desde 2022.
Medidas para aumentar la demanda
Para incentivar el consumo eléctrico, se sugiere «incorporar más electrificación» en sectores como el automovilístico y flexibilizar las tarifas para que se adapten al costo de producción de energía. Estas medidas podrían ayudar a aumentar la participación de las energías renovables en la matriz eléctrica chilena.
Desafíos en la infraestructura
Las condiciones naturales y políticas han favorecido la instalación de plantas de energía renovable, pero «no vinieron acompañadas de una mirada territorial que permitiera descentralizar la generación ni tener infraestructuras de transmisión suficientes», denunció Estefanía González, representante de Greenpeace en Chile.
El desarrollo de la infraestructura de transmisión ha enfrentado problemas globales, como la pandemia y el aumento en los costos de construcción. En diciembre de 2024, el 85% de las obras supervisadas por el CEN, que estaban destinadas a ampliar o mejorar la infraestructura, registraron algún tipo de retraso.
Soluciones propuestas
Rojas lamentó que «los cuellos de botella o la falta de transmisión hacen que esta energía abundante no pueda ser transmitida y consumida en el centro y sur del país». Ante esta situación, analistas sugieren la instalación de sistemas de batería anclados a plantas de energía renovable. Esto permitiría almacenar energía durante períodos de vertimiento excesivo.
Actualmente, Chile cuenta con 1.000 MW de capacidad de almacenamiento instalada, que está funcionando y en pruebas, trasladando alrededor de 4 GWh cada noche. Huber espera que a finales de este año estén operando al menos 2.000 MW, cifra que podría seguir creciendo debido a solicitudes por más de 12.000 MW.