Una familia de migrantes escribió «Help» en la ventana de su habitación en el hotel Decápolis, en Ciudad de Panamá, este martes 18 de febrero de 2025. Están esperando ser devueltos a su país después de haber sido deportados de Estados Unidos. Alrededor de 300 migrantes, que provienen de varios países, se encuentran en la misma situación tras el endurecimiento de las políticas migratorias estadounidenses.
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El Gobierno panameño informó la semana pasada sobre un primer vuelo que transportó a más de 100 migrantes provenientes de la India, China, Uzbekistán, Irán, Vietnam, Turquía, Nepal, Pakistán, Afganistán y Sri Lanka. A pesar de que se advirtió sobre la llegada de otros dos aviones, no se ha confirmado su arribo.
Ante las cámaras de los periodistas, muchos migrantes pidieron con señas que no se fotografiara su cara. Otros escribieron mensajes en inglés en papeles blancos. Una niña vestida con un traje blanco y mascarilla escribió: «Save Afghan girls (Salva a las chicas afganas)», mientras escondía su rostro tras el papel. Otra niña llegó con más papeles y juntas formaron un segundo mensaje: «We are not safe in our country (No estamos a salvo en nuestro país)».
Restricciones en Afganistán
Desde el regreso al poder de los talibanes en 2021 en Afganistán, los derechos de las mujeres han sufrido restricciones significativas. Estas incluyen la prohibición de la educación secundaria y superior para las jóvenes, así como limitaciones en los códigos de vestimenta y empleo.
Pacto de deportaciones
Panamá aceptó ser un «puente» para las deportaciones masivas desde EE.UU. después de la visita del secretario de Estado estadounidense Marco Rubio al país centroamericano. Según el pacto explicado por las autoridades panameñas, Panamá proporciona la pista de aterrizaje y los albergues en zonas urbanas de la provincia de Darién. Esta región es atravesada por migrantes que buscan llegar a Norteamérica.
Proceso de retorno
Los migrantes son primero alojados en un hotel en la capital y luego movilizados hasta el Darién para partir hacia sus países en vuelos pagados por EE.UU., «a través de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) y Acnur», según explicó la Cancillería.
Un portavoz de la OIM indicó que su labor se limita a trabajar «con los funcionarios locales para ayudar a los afectados». Además, detalló que «el papel de la OIM en la asistencia a las personas deportadas se centra en brindar apoyo humanitario». La OIM busca facilitar retornos cuando sea seguro hacerlo y garantizar que todos los migrantes sean tratados con dignidad y conforme a estándares internacionales.