Un estudio realizado por el Instituto de Salud Global de Barcelona ha encontrado que el tabaquismo pasivo durante la infancia afecta la metilación del ADN en niños y niñas. Esto podría llevar a efectos negativos en su salud. La investigación, que abarca datos de 2.695 menores de ocho países europeos, subraya la importancia de disminuir la exposición al humo del tabaco en los entornos donde se encuentran los niños.
Los investigadores advierten que «la exposición posnatal al humo del tabaco altera la metilación del ADN, lo que podría contribuir a explicar los efectos adversos sobre la salud». Aseguran que los niños que están expuestos al humo del tabaco en sus hogares tienen más probabilidades de presentar cambios en su epigenoma, lo que puede modificar la expresión de sus genes. Estas alteraciones epigenéticas podrían tener un impacto en el desarrollo de enfermedades en el futuro.
Datos del estudio
El estudio incluyó datos de niños y niñas de entre siete y diez años que participaron de manera voluntaria en seis cohortes del Consorcio sobre Epigenética en el Embarazo y la Infancia (PACE). A partir de muestras de sangre, se analizó el nivel de metilación en sitios específicos del ADN y se relacionó con el número de fumadores en el hogar. Se identificaron cambios en la metilación del ADN en 11 regiones vinculadas a la exposición al tabaquismo pasivo.
Seis de estas regiones están asociadas con enfermedades como el asma o el cáncer, para las cuales el tabaco representa un factor de riesgo. Según Marta Cosin-Tomàs, investigadora de ISGlobal y primera autora del estudio, «el tabaquismo pasivo durante la infancia deja huella a nivel molecular, pudiendo modificar la expresión de genes que influyen en la susceptibilidad a enfermedades en la edad adulta».
Riesgos en el hogar
A pesar de las regulaciones que existen sobre el consumo de tabaco en espacios públicos, los hogares continúan siendo una fuente significativa de exposición al humo para los niños. En 2004, se estimó que un 40% de los niños en el mundo estaban expuestos al tabaquismo pasivo. Esta exposición no solo aumenta el riesgo de enfermedades respiratorias y cardiovasculares, sino que también puede afectar el desarrollo neurológico y la función inmunitaria.
Urgencia de medidas efectivas
Mariona Bustamente sostiene que «los resultados obtenidos sugieren que el tabaquismo pasivo en la infancia resulta en cambios epigenéticos similares a los observados con la exposición intrauterina al tabaco o el consumo activo». Esto demuestra «la urgencia de implementar medidas integrales para reducir la exposición infantil al humo del tabaco, tanto en el hogar como en otros espacios cerrados».
Un problema de salud pública
Marta Cosin-Tomàs concluye que «no se trata de apelar a la responsabilidad individual de las familias» porque «la exposición al tabaco es un problema de salud pública y esconde una cuestión de desigualdad social». «Factores socioeconómicos y ambientales, junto con la persistente influencia de poderosos intereses comerciales, dificultan la reducción de la exposición al humo del tabaco en ciertos hogares», subraya.