Bolivia Argentina Tráfico ilegal de especies

Bolivia: Avanza la investigación de una red de caza de animales silvestres que operaba desde Argentina

La voz de alerta en Bolivia la dio el guardaparque Marcos Uzquiano / EFE Archivo
Las autoridades en Bolivia están tras la pista de una red internacional que traficaba con jaguares y otros animales silvestres. Se han presentado denuncias por biocidio, a medida que avanza la investigación.

Las autoridades bolivianas están avanzando en la investigación de una red dedicada a la caza de animales silvestres. Esta red operaba desde Argentina y ofrecía expediciones en Brasil y Paraguay, principalmente para aficionados de España y Estados Unidos. Las tarifas por un ejemplar de jaguar podían alcanzar hasta 50.000 dólares. La denuncia fue presentada a mediados de diciembre por el guardaparque Marcos Uzquiano, el abogado ambientalista Rodrigo Herrera y la agrupación animalista Llanto del Jaguar.

Uzquiano señaló que muchos de los participantes en estas expediciones pagaban entre 10.000 y 50.000 dólares por cada espécimen de jaguar. Estos animales eran sometidos a técnicas de taxidermia o disecado. La investigación se originó en Argentina, donde se descubrieron los vínculos de Jorge Néstor Noya, propietario de la empresa Caza & Safaris Argentina, quien ofrecía circuitos y expediciones para cazar animales silvestres.

Detención de Jorge Néstor Noya

Actualmente, Noya se encuentra bajo detención domiciliaria en Buenos Aires. Está acusado de provisión ilegal de armas, asociación ilícita y depredación de fauna silvestre. Este negocio ha estado en funcionamiento desde la década de 1980 y se ha ampliado hasta algunos países africanos. Uzquiano explicó que la denuncia penal en Bolivia es por biocidio, que puede conllevar una pena de hasta 10 años de prisión si se comete contra animales silvestres en áreas protegidas.

Uzquiano espera que esta denuncia sirva para visibilizar el problema y llamar la atención de las autoridades locales sobre la situación.

Operaciones ilegales en Bolivia

El abogado Rodrigo Herrera relató que Noya ofrecía sus servicios de cacería a través de internet. Sin embargo, dentro de los círculos de cazadores ilegales se sabía que existían paquetes de caza de jaguares. La oferta en Bolivia se realizaba dentro del Área Natural de Manejo Integrado San Matías, una zona protegida ubicada en el departamento de Santa Cruz, en la frontera con Brasil.

Herrera también mencionó que hay confirmaciones sobre el récord migratorio de Noya, quien se ha desplazado a Bolivia en 25 oportunidades. Utilizaba avionetas pequeñas para trasladarse desde Brasil y Argentina a Bolivia, evitando así cumplir con las normas migratorias. Además, contaba con operarios bolivianos que proveían a sus clientes con material de caza, armas, municiones y todo lo necesario para las expediciones.

Uzquiano agregó que no solo se cazaban jaguares, sino que también había acceso a otros animales como monos. Cada especie tenía su precio. El tarifario incluía felinos como tigrillos y pumas, así como caimanes, anacondas, ciervos, tapires y cerdos de monte.

Investigación y sanciones

Los denunciantes coincidieron en que no se puede establecer un número exacto de animales o especies afectadas. Sin embargo, durante las acciones de investigación en Argentina, se incautaron casi 8.000 piezas de taxidermia. El proceso penal en Bolivia exigirá la sanción para todas las personas que participaron y colaboraron con Noya y Caza & Safaris Argentina, además de solicitar su extradición.


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