Guatemala aceptará deportados de Estados Unidos sin importar su nacionalidad. Esta decisión fue anunciada por el presidente Bernardo Arévalo de León durante una reunión con el secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, el 5 de febrero de 2025. El acuerdo bilateral tiene como objetivo aumentar los vuelos de repatriación y apoyar la lucha contra la inmigración ilegal.
Guatemala se comprometió a incrementar en un 40% los vuelos destinados a estos operativos. Sin embargo, no se especificó cuántas frecuencias se implementarán. En lugar de eso, Arévalo de León mencionó que su gabinete ya ha comenzado “conversaciones con distintas empresas y el sector privado para identificar aquellas que están dispuestas a absorber a los migrantes” y reinsertarlos en el mercado laboral.
Condiciones del acuerdo bilateral
Este acuerdo bilateral no significa que Guatemala opere como un “tercer país seguro”. Según el presidente centroamericano, los extranjeros no permanecerán en Guatemala. Arévalo de León se distanció de la política adoptada por el expresidente Jimmy Morales, quien aceptó dicha condición migratoria durante el primer mandato de Trump.
“El tema ‘país seguro’ no existe, no fue tratado (en la reunión de este miércoles con Rubio), ni en título ni en contenido. Lo que tenemos ahora es un nuevo arreglo migratorio”, afirmó Arévalo de León.
Visita a El Salvador
Esta semana, el secretario de Estado también visitó El Salvador, donde informó que parte de los inmigrantes serían deportados mediante gestiones con este país. El acuerdo incluye que el presidente de El Salvador, Nayib Bukele, accedió a albergar en sus cárceles a migrantes indocumentados que hayan cometido delitos en Estados Unidos, así como a estadounidenses que cumplan condenas por crímenes graves.
Centro de Confinamiento del Terrorismo
Gran parte de estos individuos serán enviados al Centro de Confinamiento del Terrorismo (Cecot), inaugurado en 2023 en Tecoluca. Este espacio tiene capacidad para unos 40.000 reclusos, aunque actualmente dispone de aproximadamente 25.000 plazas. A cambio, el Gobierno cobrará a Washington una tarifa “relativamente baja, pero significativa”, explicó Bukele.