El futsal orureño sigue vetado de competencias nacionales por parte de la Comisión de Futsal Bolivia, que es parte de la Federación Boliviana de Fútbol (FBF). Esto se puso en evidencia en el inicio del torneo de la Liga Evolución Sub-12 rama femenina, que se está desarrollando en Quillacollo, además del calendario de competencias elaborado para este año, en el que Oruro no está contemplado.
Desde mediados del pasado año, debido a los conflictos internos y pugnas personales que surgieron en la Asociación Departamental de Futsal Oruro, la Comisión de Futsal Bolivia decidió de forma unilateral vetar a Oruro de toda competencia deportiva, lo cual implica los campeonatos nacionales a nivel de selecciones y de clubes campeones, además de la Copa “Simón Bolívar”. Sin embargo, extrañamente, la sanción no llega a la Liga Nacional de Futsal.
En 2025, la sanción sigue vigente y los dirigentes que están a cargo del futsal a nivel nacional no encuentran una solución para el conflicto orureño. Por el contrario, parecen estar conformes con el veto, lo que mata las ilusiones de toda una generación de deportistas que se ven seriamente afectados a causa de dirigentes que no ceden posiciones.
En este momento, el futsal orureño se ha fragmentado en diferentes bandos, comenzando por la directiva de la asociación departamental, donde no hay entendimiento entre sus miembros para encontrar una solución salomónica y que la parte deportiva prevalezca por sobre todo.
A esto se suman las asociaciones municipales, algunas reconocidas por el ente departamental, como Huanuni y Poopó, mientras que otras, como Oruro, se ven afectadas por este conflicto de intereses. Además, otra asociación de Machacamarca emerge con algunos clubes orureños disidentes, pero que tampoco tiene participación a nivel nacional, por lo que este deporte sigue estancado en el conflicto.