La icónica estatua del conquistador de Perú, Francisco Pizarro, regresó este sábado a un lugar destacado en Lima, cerca de la Plaza de Armas, a solo unos metros de la catedral donde descansan los restos del español. Este retorno se produce tras 21 años de haber estado en un parque alejado del centro de la capital.
En la ceremonia de reinauguración participaron el alcalde de Lima, Rafael López Aliaga, y la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. También estuvieron presentes varios descendientes de Pizarro y el gerente de Prolima, Luis Martín Bogdanovich.
Detalles de la estatua
La estatua, que presenta una notable inspiración renacentista, fue creada en 1935 por Charles Rumsey. Representa a Pizarro con una armadura de estilo italiano renacentista montado a caballo, similar a la de los condottieros que destacaron en los primeros años de la Edad Moderna.
Con una altura de aproximadamente 5 metros y un peso de 7 toneladas, la estatua fue inaugurada para conmemorar el cuarto centenario de Lima, ciudad que Pizarro fundó el 18 de enero de 1535.
Conmemoración del aniversario
Tras develar la estatua, Ayuso celebró que este sábado, que marca el 490 aniversario de la fundación de Lima, se conmemora «no solo el nacimiento de una ciudad, sino el inicio de un encuentro histórico que transformó para siempre el mundo».
La presidenta madrileña destacó que Pizarro «entendió muy pronto que el nuevo virreinato» que fundó tras la derrota del Imperio Inca «sería mestizo o no sería».
Reencuentro con la historia
Para Ayuso, la reubicación de la estatua representa «el reencuentro de la estatua de Pizarro con el corazón histórico de Lima» y simboliza el respeto a la historia compartida entre Perú y España.
La estatua fue trasladada en 1952 a una esquina de la Plaza de Armas, en un lugar que se llamó Plaza de Pizarro y que luego fue renombrado como Plaza Perú.
En 2003, la estatua fue retirada y, en 2004, reubicada en el Parque de la Muralla, un lugar cercano al centro, pero alejado de las miradas del público.
Nueva ubicación
Ahora, la estatua se encuentra en su nueva ubicación, a pocos pasos de la Plaza de Armas, con la cabeza girada, en pleno centro de la ciudad, que ha sido declarado patrimonio de la humanidad por la Unesco.
A solo unos pasos se encuentra el monumento a Taulichusco, un caudillo incaico enviado desde Cuzco, la capital imperial, y gobernador de la zona donde hoy se ubica Lima.
Reflexiones sobre Pizarro
Ayuso destacó que Pizarro «fue un hombre cuyo trabajo, esfuerzo y determinación guiaron el nacimiento de una comunidad que se ha convertido en símbolo de tradición, mestizaje y modernidad».
Además, consideró que estaba «alejado de la tradicional versión de barbarie que algunos pretenden esparcir mintiendo».
La presidenta madrileña subrayó que «el perfil de Pizarro es muy complejo, distorsionado en muchos aspectos, ya que la mayor parte de los biógrafos solo tiene en cuenta los hechos negativos».
Opiniones sobre la recuperación
Por su parte, Bogdanovich, responsable del Programa Municipal para la Recuperación del Centro Histórico de Lima (Prolima), afirmó que la recuperación de la estatua no busca «recordar dolores», sino «reparar el agravio perpetrado a esta ciudad mediante la recolocación de dos monumentos», el de Pizarro y el de Taulichusco.
“Venimos, con humildad, para poner fin a la crisis de identidad humana, cívica y personal, que tiene como única causa la pérdida de la conciencia de sí mismo”, subrayó.
En su opinión, recordar a Pizarro y a Taulichusco juntos «es un acto de justicia y sentido común», además de «un hecho de verdad histórica» y «un acto patriótico».
“No hay caprichos personales: ni exaltación hispanista ni venganza indigenista”, concluyó.
Protestas durante la ceremonia
Mientras se llevaba a cabo la ceremonia, un pequeño grupo de personas realizó una protesta en las cercanías, en la que llamaron «genocida» a Pizarro.