Juan José Zúñiga, el exjefe militar del Ejército de Bolivia, quien fue destituido tras un supuesto alzamiento militar el 26 de junio, ha declarado que su intención no fue llevar a cabo un «golpe de Estado» contra el Gobierno de Luis Arce. En cambio, afirmó que su objetivo era «canalizar» una conspiración para prevenir una ruptura constitucional. Estas declaraciones fueron realizadas el lunes 16 de septiembre por su abogado, Armando Magne.
Declaraciones del abogado
El jurista explicó que durante la toma armada de la sede Ejecutiva y Legislativa en La Paz, no se intentó un golpe de Estado. Según él, Zúñiga logró canalizar una conspiración que había sido planeada desde 2023 por algunos militares. Magne subrayó que oficiales de menor rango, como los mayores Leonel Sanjinés y Miguel Fernando Iriarte, proporcionaron un guion a Zúñiga y le enviaron mensajes para que hablara ante los medios ese día.
«Le enviaron el discurso para cuando se posesione como presidente, pero Zúñiga sabía que no iba a cometer ese acto, solamente iba a ser como un acto de protesta», afirmó el abogado. Además, Magne indicó que las fuerzas se retiraron de la sede del Ejecutivo por orden de Zúñiga y no debido a un cambio en el Alto Mando Militar.
Defensa de Zúñiga
El exjefe militar sostiene que nunca tuvo la intención de derrocar al Gobierno. Según su abogado, Zúñiga tomó un plan que «iba a ser suscitado con o sin él» para expresar la insatisfacción de un grupo de militares. Magne aseguró que Zúñiga logró «asegurar al Gobierno democráticamente elegido».
El abogado también argumentó que las acusaciones de terrorismo y alzamiento armado contra Zúñiga se refieren a hechos que, según él, no ocurrieron el 26 de junio. Estos serán los fundamentos de su defensa durante el juicio.
Acusaciones y consecuencias
Zúñiga enfrenta acusaciones por haber tomado la sede presidencial durante unas horas junto a otros militares bajo su mando. Se reporta que incluso utilizó un tanque para derribar la puerta del antiguo Palacio de Gobierno. En respuesta a estos eventos, Arce destituyó a Zúñiga el mismo día, lo que llevó a que el excomandante y sus tropas se replegaran.
Posteriormente, Zúñiga fue detenido y actualmente se encuentra en prisión preventiva en una cárcel en el centro del país. Durante su arresto, Zúñiga acusó a Arce de haber ordenado la acción militar con el fin de «elevar su popularidad» en medio de una crisis económica. También mencionó que tenía la intención de liberar a los «presos políticos», incluyendo a la expresidente Jeanine Áñez y al gobernador de Santa Cruz, Luis Fernando Camacho.
Fuente: EFE
