Hasta agosto de 2024, la superficie quemada en Bolivia ha alcanzado un total de 3.8 millones de hectáreas, según la información proporcionada por el Instituto Nacional de Reforma Agraria (INRA) y la Autoridad de Bosques y Tierras (ABT). El departamento más afectado por esta situación es Santa Cruz.
El director del INRA, Eulogio Núñez, afirmó el domingo 15 de septiembre que en Santa Cruz se han dañado más de 2.3 millones de hectáreas, lo que representa el 59% del total nacional de áreas afectadas por incendios.
Situación en otros departamentos
Además de Santa Cruz, el departamento del Beni también ha sufrido un alto nivel de afectación, con 1.45 millones de hectáreas quemadas, lo que equivale al 38% del total nacional. En contraste, La Paz, Chuquisaca y Cochabamba muestran porcentajes menores, con un 2% y un 0.2%, respectivamente. En otros departamentos, el daño ha sido casi inexistente.
Propiedades afectadas
Núñez aclaró que el 46% de las áreas afectadas por los incendios se encuentran en propiedades empresariales y medianas. Esto contrasta con las afirmaciones de la Cámara Agropecuaria del Oriente (CAO), que había reportado que la mayoría de los incendios se localizaban en tierras fiscales.
Según el INRA, solo el 25% de las cicatrices por quema se encuentran en áreas protegidas y parques nacionales, que forman parte de las tierras fiscales no disponibles.
Tipos de superficie afectada
Los datos presentados indican que el 40% de la superficie afectada corresponde a bosques, mientras que el 60% restante son pastizales. Esta información resalta la magnitud del daño en los ecosistemas locales.
Necesidad de cambios
El director del INRA subrayó la importancia de promover cambios en la prevención de incendios. Sugirió la inclusión de educación ambiental en la malla curricular y la revisión de las prácticas tradicionales que utilizan el fuego para la agricultura.
Núñez destacó que existen alternativas sostenibles para la agricultura y la ganadería que pueden ser implementadas en Bolivia, tanto por pequeñas como medianas y grandes empresas, con el fin de minimizar el impacto en el medioambiente.
Enfoque en soluciones
A pesar de que las pérdidas económicas y productivas son significativas, así como los efectos sobre la biodiversidad, Núñez instó a no centrarse en buscar culpables. En cambio, enfatizó la necesidad de unir esfuerzos para tomar decisiones informadas y responsables que ayuden a enfrentar esta crisis ambiental.
