La tradición de pedir abundancia a las deidades andinas a través de pequeñas figuras de animales y productos agrícolas ha perdurado en Bolivia desde tiempos prehispánicos. Esta práctica ha evolucionado y se ha convertido en celebraciones modernas como la Alasita, una fiesta en miniatura llena de deseos y aspiraciones.
El Museo Nacional de Etnografía y Folclore (Musef) de Bolivia ha llevado a cabo una investigación llamada «Illanakan, Ispallanakan Ajayupa. Illas e ispallas, seres protectores y proveedores de abundancia», que explora la conexión entre estas figuras y las comunidades indígenas.
Las illas e ispallas: seres protectores y proveedores de abundancia
Las illas e ispallas son pequeñas figuras que representan animales y productos agrícolas, respectivamente. Estas figuras transmiten energías que generan producción, abundancia y prosperidad. Su origen se remonta al periodo Chiripa, una cultura anterior a la tiahuanacota, y están relacionadas con la divinidad Illapa, el rayo, que es considerado el generador de las lluvias que nutren los cultivos.
Las illas e ispallas son utilizadas como amuletos para atraer la buena suerte y repeler la mala racha. Mientras que los amuletos y talismanes son símbolos de suerte, las illas e ispallas representan la conexión con la naturaleza y la energía que se desea obtener.
La Alasita y otras celebraciones andinas
La Alasita es una de las celebraciones más conocidas que se derivan de estas tradiciones. En esta fiesta, que significa «cómprame» en aimara, los paceños bendicen miniaturas que representan sus aspiraciones y deseos. La Alasita se celebra el 24 de enero, pero según los cronistas de la época, solía realizarse el 21 de diciembre, coincidiendo con el solsticio de verano.
Además de la Alasita, existen otras celebraciones andinas que también están relacionadas con las illas e ispallas. Por ejemplo, la «octava sata» es una fiesta de tres días que se realiza en agosto y está vinculada al ritual de siembra de la papa. También se celebra el «nacimiento sata» el 24 de diciembre, donde se hacen figuras de barro del ganado para pedir su multiplicación. En diciembre también se celebra el Cápac Raymi, una fiesta incaica en la que se pide abundancia al sol.
La exposición en el Musef
El Museo Nacional de Etnografía y Folclore presenta una exposición que muestra la importancia de las illas e ispallas en la cultura boliviana. La exposición incluye miniaturas propias de la Alasita, así como illas antropomorfas, figuras de camélidos y ovejas, y vasijas ceremoniales. Estas figuras están hechas de diversos materiales como arenisca, basalto, piedra blanca, oro y plata.
La investigación realizada por el Musef ha permitido rastrear la raíz de las illas e ispallas en las comunidades indígenas y su conexión con el entorno. Esta tradición ancestral sigue viva en Bolivia y continúa siendo una forma de pedir abundancia y conectar con la naturaleza.
Fuente: EFE.