Las autoridades ucranianas, en colaboración con el Departamento de Contrainteligencia del Servicio de Seguridad de Ucrania (SBU) y la Policía Nacional, han logrado neutralizar a un grupo de agentes del servicio secreto ruso que planeaban llevar a cabo una serie de ataques incendiarios en lugares concurridos de varios países europeos.
Los detenidos han sido acusados de «alta traición cometida bajo la ley marcial» y de «falsificación de documentos». Actualmente, se está llevando a cabo una investigación y los sospechosos podrían enfrentar una pena de cadena perpetua.
Objetivos y operaciones del grupo enemigo
Según un comunicado emitido por el SBU, los principales objetivos de este grupo enemigo eran centros comerciales, gasolineras, farmacias y mercados en Ucrania, Polonia y los países bálticos. Las operaciones de Contrainteligencia se centraron especialmente en la región oeste de Ucrania, con un enfoque particular en Ivano-Frankivsk.
Las autoridades ucranianas lograron detener al líder de este «grupo criminal», compuesto por casi veinte personas, cuyas actividades eran coordinadas a distancia por el servicio de Inteligencia de Rusia. Para reclutar a posibles autores de los atentados incendiarios, los sospechosos utilizaban contactos personales en círculos criminales y ofrecían dinero como incentivo.
Falsificación de documentos y preparación de los ataques
La organización rusa proporcionaba documentación falsa, incluyendo pasaportes, permisos de conducción, certificados académicos y registros médicos, entre otros, para facilitar la ejecución de los ataques planificados.
Violación de la frontera por parte de drones rusos
En otra serie de incidentes, drones lanzados por Rusia contra la región de Odesa en Ucrania han traspasado la frontera y caído en territorio rumano en tres ocasiones desde octubre pasado. Estos drones, del tipo Guerán, han generado preocupación en Rumanía debido a los potenciales peligros que representan para los residentes de la zona fronteriza.
