El periodista guatemalteco José Rubén Zamora Marroquín cumplió este viernes 644 días en prisión preventiva en el país centroamericano, a pesar de no haber sido condenado en un proceso judicial. Su hijo, José Zamora, afirmó que el periodismo no es un crimen y que el poder judicial de Guatemala debe dejar de mantenerlo como rehén por denunciar corrupción.
Las palabras del hijo del periodista se dan en el marco del Día Mundial de la Libertad de Prensa, mientras Zamora Marroquín permanece detenido en la cárcel del cuartel militar Mariscal Zavala desde el 29 de julio de 2022. A pesar de la situación, Zamora asegura que ninguna barrera puede silenciar la búsqueda de la verdad y la dedicación de su padre al periodismo y a la libertad de prensa.
Proceso judicial sin juicio ni condena
El hijo del periodista recuerda que la acusación en contra de su padre ha sido un proceso espurio, sin juicio ni condena. Zamora Marroquín fue detenido bajo acusaciones de lavado de dinero, solo cinco días después de lanzar fuertes críticas por corrupción contra el presidente en aquel momento, Alejandro Giammattei, y su pareja sentimental, Miguel Martínez. El periodista y fundador del desaparecido medio «El Periódico» acusó a Giammattei y Martínez de fuertes desfalcos al Estado y los catalogó en su medio como «El ogro y el principito azul que lo quería todo». Cinco días después, fue arrestado por el Ministerio Público.
Múltiples procesos judiciales
Sobre Zamora Marroquín hay al menos tres procesos judiciales distintos ordenados por el Ministerio Público, incluido uno por lavado de dinero donde fue sentenciado a 6 años de prisión y posteriormente absuelto por irregularidades en el juicio. El periodista, de 67 años, fundó y presidió el matutino El Periódico desde 1996 hasta 2022, con más de 1000 reportajes de corrupción gubernamental documentados en sus páginas, incluyendo los escándalos que dieron paso a la caída del Gobierno del expresidente Otto Pérez Molina.
Exigencia de un juicio justo
La familia de Zamora Marroquín exige un juicio justo, en el que pueda defenderse en libertad y sin retardos maliciosos. La detención prolongada del periodista sin condena ha generado preocupación en la comunidad periodística y en defensores de los derechos humanos.
