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Estafas con préstamos comunales: el peligro oculto detrás de la facilidad crediticia

Afectados terminan con deudas elevadas por estafas con estos créditos /LA PATRIA

Por: Laura Mariana Ponce Torrejón/periodista LA PATRIA

La banca es fundamental para el correcto funcionamiento de la economía y, al margen de ser el principal mediador de los movimientos de dinero, ofrece una serie de servicios a los usuarios. Uno de ellos es el préstamo comunal que, en definitiva, cada vez es más atractivo para los que necesitan efectivo sin muchos requisitos; no obstante, sin el conocimiento necesario puede ser altamente riesgoso.

Para entender mejor qué es un préstamo comunal, la gerente de Sucursal de la Institución Financiera de Desarrollo Crecer, Hidaid Condarco, explicó que se requiere un grupo de ocho hasta 30 personas en el que es fundamental que todos se conozcan porque adquieren una deuda solidaria, mancomunada e indivisible, lo que significa que todos se garantizan personalmente entre sí y se hacen cargo de la deuda. Además, facilita la conformación de la directiva que debe tener cada banca, integrada por un presidente, un tesorero y un secretario de actas.

En el caso de Crecer, el primer monto al que se puede acceder es 500 bolivianos y posteriormente, por la modalidad cíclica y escalonada, se puede adquirir hasta 25.000; cada ciclo debe cumplirse hasta en un año. El jefe de Servicios Financieros de esta entidad, Ricardo Navarro, añadió que solo se requiere una fotocopia de carnet, ser mayor de edad y facturas de luz, lo que hace este crédito bastante atractivo por su facilidad en comparación a uno normal. Sin embargo, al igual que su colega, fue muy enfático en que todos deben conocerse ya sea por relación social, actividad económica o lugar de residencia.

Más detalles sobre la tecnología de banca comunal pueden encontrarse en la siguiente entrevista:

LAS VÍCTIMAS     

Pese a la importancia de este requisito, es posiblemente el más infringido; actualmente es normal ver en redes sociales a personas que convocan a otras para sacar un préstamo comunal y aunque muchos notan que se trata de una estafa, otros, principalmente por necesidad, deciden adentrarse de todas formas sin tomar en cuenta todos los riesgos.

Ese es el caso de Isabel R. y su madre, quienes estuvieron a punto de ser incluidas en la Central de Riesgo Crediticia de la Autoridad de Supervisión del Sistema Financiero (ASFI) y siguen enfrentando restricciones bancarias debido a una estafa con préstamos comunales. Ellas fueron convencidas por alguien de su confianza para ingresar a un grupo y, no suficiente con sacar préstamos con personas que no conocían, quien las convocó organizaba otras ocho bancas comunales en diferentes entidades financieras.

Según detalló Isabel, esta persona convencía a otras para que adquieran el préstamo, sin embargo, se quedaba con el crédito y a los miembros de la banca les daba una comisión. La organizadora se comprometía de hacerse responsable de la deuda y cumplió con los pagos durante casi ocho años, no obstante, a principios de 2023 dejó de pagar las cuotas, dejando a todas las bancas comunales con la deuda.

Si desea escuchar el testimonio completo de Isabel, puede escuchar la siguiente entrevista:

“Mi hija tiene una condición médica y me hacía mucha falta el dinero, por eso acepté. Ese es el principal motivo: la necesidad (…) La mayoría eran jóvenes universitarios del curso de su hijo que convenció para unirse y, evidentemente, todos tenían necesidades”, declaró la víctima.

El convocar a jóvenes parece ser un patrón común en las estafas con préstamos comunales. A mediados de este año se registró en Sucre un caso de 100 universitarios que fueron convencidos por “Doña Mary” para firmar papeles y acceder a los créditos, a cambio de una comisión de 300 a 400 bolivianos. Al darse cuenta de la estafa, los estudiantes iniciaron un proceso penal y la acusada fue aprehendida, pero pronto fue liberada debido a que una juez consideró que se trataba de un acuerdo civil entre partes.      

Aleida A., al igual que en el caso anterior expuesto, es una joven que recurrió a un préstamo comunal por necesidad y terminó perdiendo dinero. En su experiencia, fue precisamente el asociarse con gente desconocida lo que provocó que la deuda no se pagara adecuadamente, ya que algunos desaparecieron y ni siquiera sabían dónde encontrarlos para reclamar.

Si desea escuchar el testimonio completo de Aleida, puede escuchar la siguiente entrevista:

No obstante, al margen de ese descuido, Aleida también criticó que en un banco se saltaron pasos de verificación para aprobar el crédito. LA PATRIA se aproximó a una sucursal de la entidad a la que se refirió la víctima para consultar los requisitos, ahí, uno de los oficiales de crédito explicó que al inicio del trámite se hace una reunión para que todos los miembros de la banca comunal se conozcan y posteriormente, acompañados de un funcionario de la entidad financiera, van a la casa o al negocio de cada uno para hacer las corroboraciones correspondientes.

Sin embargo, Aleida aseguró que esta revisión la hicieron simplemente los miembros de la banca sin el acompañamiento de ningún funcionario. Por su parte, Isabel, quien también sacó un préstamo de esta misma entidad, aseguró que no se hizo verificaciones de ningún tipo.

“Las bancas tienen que ir a constatar negocios, viviendas, pero no lo hicieron porque algunos oficiales de crédito armaban los grupos, se saltaban protocolos. Ellos saben sobre estas irregularidades. (En esa entidad bancaria) aceptaron que hubo participación de sus empleados y, según nos dijeron, ya fueron despedidos y les iniciaron procesos, pero en otros bancos no”, declaró una de las victimas entrevistadas.

Sin embargo, los reclamos de ambas víctimas evidencian la falta de conocimiento sobre el procedimiento de este tipo de créditos, el Reglamento para Operaciones de Microcrédito otorgadas bajo la Tecnología de Banca Comunal, evidentemente, establece que “la evaluación crediticia de cada asociado es realizada por la entidad supervisada (el banco), de manera interna y conjunta con los asociados de la Banca Comunal, en función a elementos de carácter cualitativo de cada asociado”.

No obstante, el artículo tercero de la segunda sección especifica que el Grupo Solidario, integrado por miembros de la banca comunal, se encarga de corroborar que no existe parentesco de consanguinidad o afinidad hasta el segundo grado entre todos los solicitantes del préstamo, además de la existencia de la actividad económica independiente de cada uno.

Mientras que, el artículo uno de la tercera sección manda que la entidad supervisada debe verificar el domicilio oficial señalado por la Banca Comunal, así como la información de domicilio de los miembros solamente de la Directiva, la cual también se encarga de corroborar todos los datos brindados por los solicitantes.

“La evaluación crediticia de los asociados de la Banca Comunal es una tarea conjunta realizada por todos los asociados a las solicitudes de crédito de cada uno de ellos, con apoyo y asesoramiento del personal de la entidad supervisada, en función de procedimientos establecidos por la misma”, enfatiza el reglamento.

Ante esta figura, si bien queda claro que tanto el banco como los usuarios deben realizar tareas de verificación, cuando los clientes dan datos falsos para saltarse requisitos y lograr el crédito entorpecen todo el proceso, poniéndose en riesgo especialmente si se trata de gente con la que no guardan ninguna relación.

LAS RECOMENDACIONES

Las dos personas entrevistadas por este medio de comunicación consideraron que, excluyendo su descuido y exceso de confianza, no se hubieran arriesgado a acceder a esas invitaciones si hubieran estado mejor informadas o asesoradas.

Según los funcionarios de Crecer, este aspecto está directamente relacionado con la educación financiera y el miedo que tienen las personas a consultar, es por eso que compartieron algunas recomendaciones para los que estén interesados en acceder a un préstamo comunal.

El jefe de Servicios Financieros de Crecer, Ricardo Navarro, y la gerente de Sucursal, Hidaid Condarco /LA PATRIA 

Lo fundamental, y vale la pena repetirlo, es no participar en bancas comunales con personas desconocidas, aunque alguien de confianza haga la invitación, porque al ser deudor y garante, si alguien falla uno tiene la obligación de responder por la deuda.

Es igual de importante siempre leer con detenimiento cualquier documento que se firma porque tras poner la rúbrica, así sea una estafa, no hay vuelta atrás. Para este aspecto, los funcionarios resaltaron que no hay que tener miedo o vergüenza de preguntar las veces que sea necesario, hasta estar seguro de todo el contenido.

A veces la gente inescrupulosa conoce bien los requisitos para acceder al préstamo comunal, lo que les permite instruir a otras personas cómo burlar los pasos. En estos casos, los funcionarios pidieron responsabilidad porque es difícil que las entidades financieras realicen un control eficiente si se da información falsa, además que puede ser tipificado como un delito porque se firman declaraciones juradas.

Finalmente, es importante recordar que el desembolso no se debe entregar nunca a terceras personas, estar consciente de que el propósito de los préstamos comunales es potenciar emprendimientos y no para otros fines; además, siempre se debe tener una actividad económica para cumplir con los pagos porque no se trata de un préstamo a fondo perdido.

“La educación financiera es fundamental, no hay que tener miedo de preguntar y de hacerse asesorar. Estos créditos son de fácil acceso, pero requieren de mucho cuidado, por eso invitamos a que se acerquen a la institución para disipar cualquier duda”, culminaron los funcionarios de Crecer.

El artículo primero de la sección dos de la reglamentación de Bancas Comunales estipula que “la entidad supervisada debe proveer educación, capacitación financiera, asesoramiento y medios requeridos para la adecuada organización de la Banca Comunal”.


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