Medio Ambiente Minería

Minería tóxica: comunidad boliviana enfrenta daño ambiental y salud en riesgo

Fotografía aérea de pobladores extrayendo agua de un pozo, el 15 de noviembre de 2023, en San Agustín de Puñaca (Bolivia) / EFE/Luis Gandarillas
Según Luis Vildoso, encargado de investigación en Cenda, tanto el arsénico como el cadmio son clasificados por la Organización Mundial de la Salud como cancerígenos, mientras que el plomo es considerado un posible cancerígeno.

«Es seguro que vamos a morir», lamentó Miguel Machaca al enterarse de que tiene arsénico en la sangre debido al consumo de agua contaminada. Una comunidad en Bolivia culpa a la minería por la contaminación y ha decidido luchar en los tribunales para detener el daño ambiental que los está intoxicando.

En el ayllu San Agustín de Puñaca, ubicado en el departamento altiplánico de Oruro, viven alrededor de 400 familias, la mayoría dedicadas a la ganadería o agricultura, como Miguel. En los últimos años, sus habitantes han experimentado dolores corporales, mareos e incluso entumecimiento, síntomas que atribuyen al consumo de agua contaminada proveniente de los ríos cercanos.

Desesperados, los miembros de la comunidad acudieron al laboratorio Cetox en Perú, en coordinación con el Centro de Salud Poopó y el Centro de Comunicación y Desarrollo Andino (Cenda), para tomar muestras de sangre y orina con el fin de detectar metales pesados.

Miguel es uno de los 20 residentes a quienes se les extrajeron las muestras en septiembre. Los resultados indican niveles «elevados» de arsénico en su sangre. El 100% de las pruebas presentaron concentraciones entre 17.6 y 215.64 microgramos por litro, cuando el límite establecido por la Unión Europea (UE) es 15 microgramos.

Estas concentraciones son «10 a 15 veces más altas» del límite establecido por la UE y representan una amenaza para la salud pública. Además del arsénico, se encontró plomo en la sangre de cuatro personas y cadmio en dos personas. Según Luis Vildoso, encargado de investigación en Cenda, tanto el arsénico como el cadmio son clasificados por la Organización Mundial de la Salud como cancerígenos, mientras que el plomo es considerado un posible cancerígeno.

«Es seguro que vamos a morir con esta contaminación. Ya ha avanzado mucho y nos duele mucho. A veces nos amarga. ¿Qué vamos a hacer? Seguramente nos espera la muerte junto con nuestro ganado, que también está muriendo», expresó Miguel.

Fotografía aérea del lecho del río Desaguadero que quedó seco por las sequias 15 de noviembre de 2023 en San Agustín de Puñaca (Bolivia). EFE/Luis Gandarillas

INTOXICADOS

La población obtiene agua de los ríos, como el Desaguadero, que actualmente está seco, pero donde fluyen aguas residuales con productos químicos o metales pesados vertidos por las cooperativas mineras cercanas. Los habitantes utilizan este líquido para dar de beber a sus animales o para su propio consumo, aunque saben que está contaminada y no tienen otra opción.

En algunos lugares, el agua tiene una tonalidad naranja debido a los metales pesados y un sabor «picante», según Benita Lima de 73 años quien camina con dificultad debido al dolor de espalda y riñones, además de tener frecuentes dolores de cabeza.

Cornelia Ramírez, de 54 años, acude diariamente a un pozo con agua color marrón y salinidad para darle de beber a sus animales y evitar que mueran por sed. Sin embargo, terminan falleciendo debido a la contaminación. A Cornelia también le detectaron arsénico en la sangre y sufre de dolores de cabeza, vómitos y visión borrosa. Tiene miedo de morir.

Los médicos aconsejan no consumir los riñones ni las vísceras de los animales debido a la posible contaminación, hervir el agua antes de beberla y preferir alimentos hervidos, especialmente verduras. Sin embargo, los habitantes se preguntan qué agua pueden utilizar, ya que también están afectados por la sequía que atraviesa Bolivia.

Neysa Lima, responsable de nutrición en el centro de salud Poopó, informó que cada vez hay más casos de niños con talla baja, es decir, que no alcanzan la estatura promedio. Aunque no está comprobado el vínculo con la contaminación del agua, la desnutrición infantil es otro problema que afecta a la comunidad.

A esto se suma la migración de jóvenes hacia otras partes del país o hacia Argentina o Chile. Esto deja a la comunidad con una población mayor resignada a enfrentar la muerte.

Los habitantes solicitan atención médica especializada para los afectados por la contaminación, agua segura y forraje para sus animales. Además, piden acciones para una minería responsable. Prudencio Poma, autoridad originaria del ayllu, expresó esto en una entrevista con EFE.

Fotografía aérea de una persona caminando por el lecho seco del río Desaguadero, el 15 de noviembre de 2023, en San Agustín de Puñaca (Bolivia). EFE/Luis Gandarillas

LUCHA LEGAL

En 2021, el ayllu presentó una acción popular ante el Tribunal Departamental de Justicia de Oruro. Inicialmente fue rechazada, pero apelaron y lograron una orden emitida por la sala constitucional del Tribunal Supremo para que las autoridades bolivianas realicen un estudio sobre la calidad del agua y determinen si es apta para el consumo. Así lo explicó Teodoro Blanco, abogado del caso.

El estudio realizado en siete puntos indicó que las aguas requieren tratamiento para ser potabilizadas pero que no existe contaminación externa causada por el hombre. Sin embargo, los pobladores rechazaron estos resultados y presentaron un recurso de queja ante el Tribunal Constitucional Plurinacional, adjuntando los resultados «contundentes» del laboratorio para demostrar la contaminación. Actualmente están a la espera de un pronunciamiento al respecto.

Fuente: EFE

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