Internacional Opiniones

“El deterioro democrático lleva a la incertidumbre”

La primer Presidente mujer de Costa Rica, Laura Chinchilla / Internet

Laura Chinchilla Miranda fue la primera mujer en ganar la presidencia de Costa Rica (2010-2014) y la quinta presidenta de un país en la historia de América Latina. Hoy esta politóloga y política costarricense conversa con Manuel Alcántara, uno de los grandes expertos de la política de América Latina, sobre la realidad de su país, la región y el mundo.

Laura, en este momento político convulso en la región y el mundo ¿cómo ves la política en Costa Rica hoy?

Con una angustia que nunca había vivido. Siempre hemos estado acostumbrados a tener discrepancias con quienes gobiernan, pero nunca habíamos visto presidentes cuestionando principios fundamentales de la democracia y por primera vez estamos viendo un presidente que ataca a la libertad de prensa, que ataca el Poder Judicial y que trata de manera particular e intimidatoria a las mujeres políticas. Tenemos un presidente que está utilizando el manual que estamos viendo en otras partes

¿Y qué panorama prevés que se puede dar en el país?

Es muy difícil preverlo porque estamos ante escenarios totalmente inéditos. Le ha pasado a muchos países y ahora nos pasó también a los costarricenses. Ya hemos visto en varios países como este tipo de líderes fundamentan su popularidad en el discurso más que en la efectividad de su gestión, lo cual tiende a operar a veces a favor de los relevos porque a la hora de hacer balance la gente no ve los logros. Y, hasta ahora, la economía sigue estancada y la seguridad, el otro gran tema que preocupa a los ciudadanos, están francamente deteriorándose.

Por otro lado, si los partidos de oposición no logran convencer a la población de un proyecto que de verdad movilice, será muy difícil que la gente abandone el discurso de la antipolítica. De manera que va a depender, no solamente de lo que el gobierno haga o no haga, sino también de lo que pase con la oposición.

Y en este marco ¿cuáles son los principales problemas de la política regional?

Hoy vivimos una gobernanza disminuida, caracterizada en primer término por una prolongada polarización donde cada vez más naciones enfrentan liderazgos que en lugar de convocar dividen. Se están debilitando la libertad de expresión, la libertad de prensa, el estado de derecho, la pluralidad, etcétera. Estamos viendo presidentes que atacan abiertamente a la autoridad electoral.

El deterioro democrático lleva a la incertidumbre, al enojo. Varios estudios están confirmando esa asociación entre el temor y la adscripción a tendencias autocráticas. Y cuando vemos crisis que gravitan y se sobreponen como la pandemia, la crisis de las cadenas globales de valor, el deterioro de la globalización, las tensiones geopolíticas con nuevas guerras con impactos en la economía global, lo único que podemos esperar es que el temor siga creciendo y se sigan alimentando las tendencias autocráticas.

A pesar de los lazos históricos de Centroamérica con Estados Unidos, pareciera que este último está cediendo su papel a China. ¿cómo lo ves?

Veo con preocupación que estas tensiones nos lleven a una nueva guerra fría donde las naciones como las nuestras, del sur global, sean las que terminan perdiendo. El sur de América Latina ha venido teniendo mayores márgenes de maniobra en sus relaciones con China al punto que hoy el país asiático es el principal socio comercial. En el caso del norte de la región es más complicado y hemos empezado a ver funcionarios del gobierno de los Estados Unidos recorriendo de México a Colombia advirtiendo sobre la cautela que deberían tener en sus relaciones con China, insistiendo en las consecuencias directas registradas en áreas como la libertad de opción en materia tecnológica.

La expresidente de Costa Rica, Laura Chinchilla / Encyclopædia Britannica

¿Cómo está afectando la revolución digital?

Tiene varias dimensiones. Hoy estamos pudiendo abordar muchos problemas en materia de cambio climático, de salud, económico o de seguridad gracias a las tecnologías digitales. Pero tengo básicamente dos preocupaciones, por un lado, se tienden a acentuar las desigualdades en el mundo precisamente por la brecha digital. Y el otro tema es la ausencia de un acuerdo global sobre cómo regular las tecnologías digitales, especialmente la inteligencia artificial. La desinformación ha sido uno de los aspectos más amenazantes para la democracia, pues aquella es mucho más compleja de combatir a partir de la inteligencia artificial y puede empeorar mucho más la calidad de la democracia.

¿Te consideras un jarrón chino, como el expresidente Felipe Gonzáles describió el rol de los expresidentes?

Bueno, yo creo que he tratado de romper un poco el molde. En Costa Rica somos muy horizontales y mi estilo siempre fue muy independiente, muy autónoma, de manera que no pretendo que la gente tenga que preocuparse en qué esquina ponerme. Más bien trato de ser útil a algunas causas.

Teniendo en cuenta esto ¿crees que la política es un oficio?

Ciertamente lo es, de otras maneras me hubiera sido muy difícil ser consistente. Cada vez vemos más cómo la antipolítica está ocupando los espacios de la política. Por ello creo que es la consistencia en los principios que se defienden, la política de carrera, la que vale y defiendo. Y es que me considero política, aun cuando ya me he retirado de la política activa, porque no puedo separarme de las discusiones de los grandes temas de la agenda de mi país, de las discusiones de la agenda global. Así que seguimos ocupados de la política, me temo hasta que desaparezcamos de este mundo.

Y de acuerdo con tu experiencia ¿qué aconsejarías a una persona joven que quisiera hacer carrera política?

Dedico buena parte de mi tiempo a acompañar a jóvenes liderazgos que se están formando. En ellos encuentro mayores niveles de reflexión, a pesar de que son momentos difíciles para la política como históricamente la hemos conocido. La política no ese campo de batalla que han querido crear los defensores de la antipolítica. Por ello, para esta gente joven siempre tengo palabras de apoyo, de aliento a seguir hacia adelante y sobre todo les digo que los necesitamos.

Y para terminar ¿qué cualidad consideras relevante para que alguien pueda dedicarse a la política?

La cualidad más importante es conmoverse ante lo que le sucede a la gente, porque esa es la razón fundamental que nos mueve. Me parece que si alguien es incapaz de conmoverse frente a los problemas de la gente no va a ser nunca un buen político. Pero desgraciadamente muchos han hecho de la política un instrumento para beneficio personal.



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