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Grave sequía en la Amazonía brasileña afecta a más de 600.000 personas

Fotografía de peces muertos por la fuerte sequía que azota la cuenca del Amazonas, en Manaquiri, Amazonas, Brasil / EFE/ Raphael Alves
En medio de una de las peores sequías que se recuerdan en la región, el río Negro, afluente del Amazonas que baña Manaos -la capital regional- y su puerto, registró esta semana su menor nivel desde que empezó el monitoreo en 1902: 13,5 metros.

La severa sequía que enfrenta la Amazonía brasileña, con una disminución del caudal del río Amazonas y sus afluentes a mínimos históricos, ya afecta a 633.000 personas y 62 ciudades, según reportaron este sábado las autoridades locales.

El boletín diario de la Defensa Civil del estado de Amazonas indicó que la sequía mantiene a 59 ciudades en situación de emergencia, una en alerta y otras dos en proceso de normalización, con 151.000 familias afectadas (633.000 personas).

Incidencia de incendios debido a sequía y deforestación

A pesar de la reducción de los focos de incendios, la sequía y la deforestación continúan provocándolos, como el incendio de gran proporción con el que se encontró el equipo de la Agencia EFE en el municipio de Careiro y que obligó al desplazamiento de bomberos para contenerlo.

Récord histórico: nivel más bajo del río Negro

En medio de una de las peores sequías que se recuerdan en la región, el río Negro, afluente del Amazonas que baña Manaos -la capital regional- y su puerto, registró esta semana su menor nivel desde que empezó el monitoreo en 1902: 13,5 metros.

Efectos visibles de la sequía en la región

Desde el centro de la ciudad hasta el puerto solo queda un pequeño riachuelo donde antes estaba el río. Además, la estructura flotante está encallada en la región metropolitana de Manaos.

Peces muertos y dificultades para los barqueros

En la comunidad Barro Alto y en la zona conocida como Poção, el olor a pescado podrido es casi insoportable debido a miles de peces muertos que se mezclan con lodo y son devorados por los buitres. Con los bloques de lodo que se forman, los barqueros tienen que ser hábiles para no quedarse atascados.

Fotografía de peces muertos por la fuerte sequía que azota la cuenca del Amazonas, en Manaquiri, Amazonas, Brasil. EFE/ Raphael Alves

Baja profundidad del río afecta a las embarcaciones

En Paraná do Barroso, donde el río Negro confluye con el Solimões, un banco de arena ha cerrado el paso a las embarcaciones y apenas hay una profundidad de escasos treinta centímetros en algunos tramos.

El pescador Reginaldo da Silva Gonçalves, de 42 años y residente de la comunidad Ajará en Manaquiri, señaló: «Nunca había visto una sequía como esta» y recordó la de 2010, hasta ahora la más severa en la región. «Este año ha sido más difícil. Han muerto más peces y no teníamos nada que vender. Los compradores ya no vienen e incluso nos resulta difícil encontrar pasajeros para llevar. Es difícil pasar. El Gobierno federal ha dicho que adelantará dos tramos», lamentó el pescador.

Acceso limitado en la comunidad Bom Intento

En la comunidad Bom Intento, el único acceso es un pequeño arroyo que queda del río; sin embargo, ni una canoa pequeña puede maniobrar sola y algunas personas cruzan entonces el río caminando por el suelo agrietado durante kilómetros con provisiones hasta sus casas.

Fuente: EFE


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