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“Los partidos son la peor forma de organización de la participación ciudadana, con excepción de todas las demás”. Entrevista a Osvaldo Hurtado.

El expresidente de Ecuador, Osvaldo Hurtado, mediante una entrevista/Archivo: La Hora
Para que haya buena política se necesita buenos ciudadanos porque donde hay buenos ciudadanos hay buenos políticos. Pero hoy en el Ecuador, ningún joven inteligente, bien preparado y honesto quiere estar en política.

El 24 de mayo de 1981, Osvaldo Hurtado se convirtió, con 42 años, en presidente de Ecuador del día a la mañana, tras el accidente aéreo que causó el fallecimiento del presidente en funciones, Jaime Roldós Aguilera. Este abogado y fundador del Partido Cristiano Demócrata Ecuatoriano, ha desarrollado también a lo largo de su vida una ferviente carrera académica al frente de CORDES. Hoy, a sus 84 años y con su país sumido en una crisis política y de violencia lo entrevista Manuel Alcántara, uno de los grandes expertos actuales de la política de América Latina.

Osvaldo, Ecuador está pasando por un momento crítico ¿cuál es tu análisis?

El Ecuador ha sido un país crónicamente inestable a lo largo de su historia, nunca hemos tenido largos periodos de democracia y desarrollo. En los 70’, cuando la dictadura militar resolvió devolver el poder a los civiles, un grupo de jóvenes políticos trabajamos en diseñar una reforma política que pudiera darle estabilidad y funcionalidad a la democracia ecuatoriana.

Una de las medidas era que las elecciones de legisladores se realizaran en la segunda vuelta electoral, para que el presidente electo pudiera tener una mayoría en el Congreso. Pero los intereses de los partidos eliminaron esa disposición. Y hoy nos encontramos ante otra etapa de inestabilidad iniciada con el proyecto de destituir al presidente Lasso sin ninguna base legal. Algo que finalmente concluyó con el cierre de la Asamblea Nacional y el llamamiento a nuevas elecciones.

 ¿Cuál son los temas fundamentales que debe enfrentar Ecuador?

La democracia ecuatoriana es ingobernable cualquiera sea el resultado electoral. Todas las encuestas apuntaban a que ganaría en primera vuelta la candidata del expresidente, para hablar con propiedad, del ex dictador Correa. Y aún en el caso de que no triunfara, tendría una primera minoría en el Congreso, capaz de limitar la gobernabilidad del próximo gobierno.

Y si gana, bueno, contará pues con una mayoría parlamentaria y ya sabemos lo que ocurriría, una continuidad de lo que ya pasó: el establecimiento de una dictadura entre comillas con limitaciones a la libertad de prensa, de reunión, de protesta, la concentración del poder en el presidente, la desaparición de la independencia judicial y la persecución política. Yo soy muy pesimista sobre el futuro democrático de mi país.

¿Hay partidos políticos hoy en Ecuador?

Desafortunadamente no, las crisis económicas y el germen del populismo, tan adentrado en la conducta de los electores ecuatorianos, echaron abajo los elementos fundamentales de la ley de partidos. A eso se sumó la aparición de este joven (Correa) y uno de sus grandes objetivos fue acabar con lo que quedaba de los partidos políticos. Hoy no existen ya en el país partidos políticos que no sean Alianza País del ex presidente Correa. Por este motivo, no se puede garantizar la existencia de gobiernos democráticos o que cumplan sus funciones.

Y en cuanto al panorama político mundial ¿qué elemento te causan preocupación?

Yo discrepo del discurso general que subraya todos los problemas que afectan al mundo. El mundo, incluso África y América Latina viven el mejor momento de la historia de la humanidad. Nunca los seres humanos vivieron mejor.  Todos los habitantes de hoy viven infinitamente mejor que sus abuelos, sus bisabuelos y sus tatarabuelos. Yo soy muy optimista sobre el futuro del mundo. Hay problemas, no tengo duda. Y a pesar de todos sus fracasos, el Ecuador de hoy es infinitamente mejor que el de mi niñez.

Teniendo en cuenta el contexto actual de fragmentación y debilitamiento del sistema de partidos ¿cómo ves lo que está pasando?

Bueno, de la misma manera que la democracia es el peor sistema de gobierno, con excepción de todos los demás, según Winston Churchill, yo creo que los partidos son la peor forma de organización de la participación de los ciudadanos, con excepción de todas las demás. Hasta ahora la ciencia política y la práctica no han inventado nada mejor que la institución de partidos y existe una la relación estrecha entre la existencia de sistema de partidos políticos y el desarrollo de una sociedad.

Sin embargo, acá en el Ecuador, uno de los grandes discursos de Correa fue que lo peor que había ocurrido en el país había sido provocado por los partidos políticos, de manera que los partidos se convirtieron en algo casi pecaminoso.

Y si nos centramos en las personas ¿qué cualidades crees que debe tener alguien que quiera dedicarse a la política?

Hoy son muy pocos, al menos acá en el Ecuador, los ciudadanos honestos, capaces y patriotas que quieran dedicarse a la política. Entre otras razones porque en este país es una actividad de altísimo riesgo. ¿Y que qué cualidades deben tener? bueno, primero deben ser personas con una cultura general, particularmente en el orden económico y político. Deben ser personas honestas que deben ser conscientes de que deben renunciar a muchas comodidades para ingresar a la política. Para que haya buena política se necesita buenos ciudadanos porque donde hay buenos ciudadanos hay buenos políticos.

Pero hoy en el Ecuador, ningún joven inteligente, bien preparado y honesto quiere estar en política.

¿Es la política una profesión?

Es una profesión y pienso que es la más importante que un ser humano puede ejercer, porque de lo que haga un político depende la suerte de una sociedad. Es una profesión porque hay que aprenderla, ya sea en los libros, en la práctica o través de la observación de lo que ocurre a nivel nacional e internacional. Pero aquí en el Ecuador puede llegar a la presidencia una persona que jamás ha tenido una función pública. Es lo que pasa en varios otros países del continente.

Tu presidiste tu país bajo la Guerra Fría. Hoy, 40 años después, el mundo es radicalmente distinto ¿qué ha cambiado?

El progreso, el desarrollo, el bienestar, la dignidad obtenida por las mujeres. En mi niñez y juventud las mujeres no existían en la vida pública, en el arte, en la ciencia, en la literatura, en el deporte. Hoy, aún en países relativamente atrasados como el mío, las mujeres están a la par con los hombres en el ejercicio de sus derechos, de sus libertades y de su progreso.

La otra gran novedad es la formación, acá en América Latina, en algunos países más, en otros menos, de una clase media. Aquella América Latina de ricos y pobres es historia. Sigue habiendo ricos y muchísimos pobres, pero en América Latina ya hay una fuerte clase media, incluso en países nada exitosos como el Ecuador. Quito hoy es una ciudad de clase media y ésta ya cuenta en la vida pública y en el debate nacional, no digamos en países exitosos como Uruguay, Costa Rica o Chile.

Y para terminar ¿puedes decirme tres personalidades del mundo de la política que conocieras que te impresionaron, que te dejaron una huella?

Acá en América Latina hay un político que siempre admiré que es el presidente Eduardo Frei Montalva de Chile. Pero que haya conocido quizás Adolfo Suárez por la sabiduría con la que condujo la transición de la dictadura a la democracia en España. Y de América Latina que yo haya conocido, en este momento no se me viene ninguno a la memoria, quizá el peruano Fernando Belaúnde.

/Latinoamerica21


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