En el puerto de la pequeña isla italiana de Lampedusa (sur), se acumulan decenas de pateras abandonadas, entre botellas de agua y abrigos empapados. Son los restos aún calientes de la llegada de miles de inmigrantes desde las cercanas costas africanas, la huella cotidiana de una crisis que no cesa.
Una parte del muelle de Punta Favaloro se ha convertido en un extenso vertedero que acumula más de sesenta embarcaciones usadas por los inmigrantes para alcanzar suelo europeo en sus travesías por la ruta migratoria más letal del planeta: el Mediterráneo central.
Aumento constante en las llegadas
Esta es la realidad que golpea a esta isla desde 1992 cuando apareció en su horizonte la primera patera con unos cuantos tunecinos. Sin embargo, el problema se ha acentuado en los últimos años hasta recibir continuas oleadas migratorias, especialmente en verano cuando el mar se aplana y facilita las travesías.
Lampedusa como puerta a Europa
Este año han desembarcado en Italia 130.620 inmigrantes, el doble que en el mismo periodo del año pasado (68.283), y Lampedusa ha vuelto a ser frecuentemente la primera puerta de Europa.
Nuevos arribos y condiciones precarias
Los últimos en llegar han sido unos trescientos subsaharianos esta misma mañana. Su paso es visible en el puerto en forma de bolsas de basura, mantas térmicas abandonadas y bidones con todo tipo de desperdicios.
Desafío para los centros de acogida
Todos ellos han sido trasladados al único centro de acogida primaria de la isla, en Contrada Imbriacola, que actualmente acoge a unas dos mil personas pese a tener capacidad solo para 400. Está completamente amurallado y vigilado desde lo alto por el Ejército.
La realidad discreta de Lampedusa
Paradójicamente todo este movimiento ocurre discretamente en esta isla dedicada a la pesca y al turismo playero donde los inmigrantes generalmente no interfieren con los locales. Son llevados del puerto al centro de acogida en autobuses.
Esperando una solución definitiva
Lampedusa sigue siendo motivo de preocupación en Roma, pero espera desde hace tres décadas una solución definitiva a estos desembarcos constantes.
Promesas incumplidas y nuevas propuestas
Giorgia Meloni, primera ministra italiana, ganó las elecciones hace un año prometiendo mano dura con la inmigración y un bloqueo naval frente a África para impedir las salidas. Sin embargo, un año después no solo no ha mejorado la situación sino que los números de llegadas se han disparado debido principalmente a las innumerables crisis que afectan al continente africano.
Visita de Giuseppe Conte
Hoy la isla recibió la visita del ex primer ministro Giuseppe Conte, líder del opositor Movimiento 5 Estrellas (M5S): «Estoy aquí para enviar un mensaje de solidaridad a una población que atraviesa grandes dificultades», proclamó antes de visitar el ambulatorio.
Un llamado a la acción
«El mensaje es que no los abandonamos», sostuvo, antes de asegurar que durante su paso por este remoto enclave italiano recopilará información de sus vecinos para vigilar la acción del Gobierno, al que acusa de «fracaso diplomático» en sus relaciones con los países del norte africano, desde donde zarpan las barcazas que hoy se pudren en el puerto de Lampedusa.
Fuente: EFE
