A los pocos días de la muerte de Mahsa Amini, quien fue detenida por la Policía Moral por no llevar puesto el velo islámico, comenzaron a aparecer mujeres con la cabeza descubierta en las calles de Teherán, capital de Irán. Fue inevitable preguntarse: ¿Y el hijab?
«Es mi forma de protestar», dijo entonces una mujer a EFE mientras caminaba sin velo por el centro de Teherán poco después del fallecimiento de Amini el 16 de septiembre de 2022. Este hecho desató protestas que sacudieron al país durante meses.
Represión y resistencia en Irán
Al grito de «mujer, vida, libertad», muchos iraníes salieron a las calles para manifestarse en universidades o colegios y quemaron velos como muestra de rechazo hacia la República Islámica. Esta respondió con represión, causando 500 muertos, miles de detenidos y ejecutando a siete manifestantes.
Lucha continua contra el uso obligatorio del hiyab
Un año después, la República Islámica aún no ha logrado reimponer completamente el uso del hijab, prenda que considera un símbolo innegociable. Muchas iraníes continúan sin cubrirse como gesto de desobediencia civil ante un sistema político opresivo.
Sanciones y desafío empresarial
«Es mi decisión cubrirme o no», dice una empresaria anónima entrevistada por EFE. En su establecimiento en la capital iraní, permite la presencia de mujeres sin velo, lo cual es considerado un delito. «Que me cierren el local unos días, no pasa nada», asegura desafiante la empresaria.
Intentos fallidos de imponer el velo
Durante meses, la República Islámica se enfocó en sofocar las protestas surgidas tras la muerte de Amini. En abril, una vez controlada la revuelta, volvió su atención a reimponer el uso obligatorio del velo, vigente desde 1983.
Tecnología y confiscaciones para hacer cumplir el hiyab
Como primer paso, la Policía iraní anunció el uso de cámaras y herramientas inteligentes para identificar a mujeres que no usen el hijab en lugares públicos. Sin embargo, expertos dudan que el país cuente con la tecnología necesaria para ello. Lo que sí se llevó a cabo fue identificar a mujeres conduciendo sin velo gracias a las matrículas de los coches y confiscar los vehículos de las reincidentes.
Mujeres desafiantes ante las patrullas del hiyab
Este fue el caso de Tina, una mujer de 39 años en Teherán a quien le confiscaron su coche por conducir sin cubrirse y tardó 15 días en recuperarlo tras pagar una multa. A pesar de esto, ella sigue sin usar el hiyab y publica fotos en sus redes sociales mostrando cómo planea salir «vestida a la occidental», es decir, sin velo y con mangas cortas y vaqueros. En las interacciones observadas por EFE en las calles de Teherán, algunas mujeres se ponen el velo con gesto serio, muchas se lo quitan unos metros adelante y otras ignoran la advertencia.
Proyecto de ley para endurecer penas
El Gobierno busca ir más allá con el «Proyecto de Ley de Apoyo a la Cultura de la Castidad y el Hiyab», que tiene como objetivo endurecer las penas por no usar esta prenda islámica. Se prevén penas de cárcel de hasta cinco años, prohibición de conducir y acceso a servicios bancarios, entre otros castigos. «El proyecto de ley puede describirse como una forma de apartheid de género, ya que las autoridades parecen gobernar a través de una discriminación sistemática con la intención de someter a las mujeres y niñas a la sumisión», afirmó un grupo de expertos de la ONU acerca del proyecto que está siendo estudiado en el Parlamento.
Fuente: EFE