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Alergia a la proteína de la leche de vaca afecta a niños lactantes y puede confundirse con intolerancia a la lactosa

Entre el 6% y 8% de los niños menores de tres años sufren de alergias alimentarias / Internet
El especialista en gastroenterología y hepatología infantil, José H. Avendaño, explicó que actualmente la APLV no está catalogada como una enfermedad en el sistema de salud nacional.

En todo el mundo, entre el 6% y 8% de los niños menores de tres años sufren de alergias alimentarias. Después del huevo y el pescado, una de las principales causas de estas reacciones son las Alergias a la Proteína de la Leche de Vaca (APLV), que es una respuesta exagerada del sistema inmunitario a una proteína que no existe en la leche materna, pero sí en la leche de vaca: la betalactoglobulina.

El especialista en gastroenterología y hepatología infantil, José H. Avendaño, explicó que actualmente la APLV no está catalogada como una enfermedad en el sistema de salud nacional, pero sí en los sistemas de salud del exterior. Además, en muchos casos es confundida con otros padecimientos.

Síntomas y tipos de reacciones

Según Avendaño, esta alergia es una reacción adversa a la caseína (la parte cuajada) y al suero (la parte líquida) de la leche. Se produce específicamente después de introducir proteínas en el organismo del bebé mediante lactancia materna o fórmulas infantiles.

Existen dos tipos de reacciones que el organismo inicia para combatir esta proteína: la rápida, que presenta los síntomas horas después de la ingesta y se llama alergia mediada por inmunoglobulina E (IgE); y la otra, alergia no mediada por IgE, que es más difícil y lenta de diagnosticar.

Síntomas y diferencias con la intolerancia a la lactosa

En la alergia mediada se presentan síntomas gastrointestinales, respiratorios y dermatológicos que generalmente aparecen en la primera hora después de consumir la proteína. Lo más frecuente es picazón, urticaria e hinchazón en los labios y los párpados; también pueden ocurrir vómitos, diarrea, sangre en las heces, cólicos abdominales y náuseas. En casos graves puede haber anafilaxia, una reacción peligrosa que pone en riesgo la vida.

En caso de ser una alergia no mediada, los signos y síntomas típicos se limitan al sistema digestivo y pueden aparecer varias horas o días después de ingerir proteínas lácteas. Por lo tanto, a menudo se confunden con los síntomas de intolerancia a la lactosa; sin embargo, ambos casos se pueden diferenciar.

Diagnóstico temprano y tratamiento

La APLV se detecta temprano mediante un diagnóstico anticipado basado en los antecedentes familiares. Es importante que los recién nacidos tengan controles regulares y que los padres informen al pediatra ante cualquier síntoma como reflujo, hinchazón o llanto constante que puedan indicar esta alergia.

El tratamiento incluye antihistamínicos, broncodilatadores y adrenalina. Sin embargo, una vez diagnosticada la APLV es necesario restringir las proteínas lácteas y sus derivados e introducir fórmulas especiales para lactantes con necesidades nutricionales especiales. La madre también deberá seguir una dieta exclusiva.

Alternativas para el manejo de la APLV

Desde la unidad de nutrición de Droguería INTI presentaron Neocate LCP de Nutricia, un alimento para propósitos médicos específicos indicado en el manejo dietético de la alergia a la proteína de leche de vaca, intolerancia múltiple alimentaria y otras situaciones que requieran una dieta elemental en lactantes.

Se administra vía oral y bajo supervisión médica después de considerar todas las opciones de alimentación, incluida la lactancia materna. El producto es adecuado como única fuente de alimento para lactantes de 0 a 12 meses, según el asesor científico de INTI, Fernando Álvarez.


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