Inflar las ruedas de un vehículo es una tarea que se realiza con frecuencia, pero ¿qué gas es mejor para este fin? Según expertos, el aire comprimido sigue siendo la opción más popular debido a su accesibilidad y bajo costo. Sin embargo, también se puede utilizar nitrógeno para inflar las llantas.
Aunque el nitrógeno es más costoso y difícil de encontrar en comparación con el aire comprimido, tiene ventajas significativas.
Debido a que sus moléculas son más grandes que las del oxígeno, hay menos probabilidad de que escape por los poros de las llantas.
Esto resulta en una mayor estabilidad en la presión de neumáticos y significa que las llantas estarían con presión por más tiempo sin necesidad de hincharlas constantemente.
Además, gracias a la presión estable proporcionada por el nitrógeno, los neumáticos serían menos propensos a desgastarse. Las llantas óptimamente bien infladas pueden consumir menos combustible y tener menos riesgo de oxidación debido a que el nitrógeno es un gas seco y no reactivo.
En resumen, inflar las ruedas con nitrógeno mantiene la presión durante más tiempo, reduce la propensión al desgaste o la oxidación y optimiza el consumo de combustible; sin embargo, es más costoso y difícil de encontrar. El aire comprimido sigue siendo muy accesible en todos los aspectos.
