Debido al bombardeo ruso que destruyó parcialmente la sede del Gobierno regional en Mikolaiv este martes, sorprendió a la población de esta estratégica ciudad del Sur de Ucrania, tras varios días de tranquilidad.
Entre los escombros, los rescatisras trataban de sacar a las víctimas y sobrevivientes del edificio. Al menos siete personas murieron y 22 otras resultaron heridas, según informó el Presidente ucraniano Volodímir Zelenski.
El gobernador regional, Vitaly Kim, aseguró poco antes mediante su página de Facebook que los socorristas buscaban a «ocho civiles y tres militares», pero que la mayoría de las personas que estaban en el interior del edificio durante el ataque estaban vivas.
Asimismo, el ataque interrumpió una tranquilidad relativa en esta ciudad cercana a Odesa, el mayor puerto ucraniano situado en el Suroeste del país.
Desde hace varios días, la “línea de frente” se desplazó hacia el Sureste, en los alrededores de Jersón, la única ciudad importante tomada por los rusos desde el inicio de la invasión de Ucrania, el 24 de febrero.
El ataque sacudió un edificio de viviendas al lado del Gobierno regional. Algunos de los habitantes, vestidos de pijama o camisón, observaban los daños mientras hablaban entre ellos.
El día anterior, Mikolaiv celebró el septuagésimo octavo aniversario de su liberación por el Ejército Rojo. En la avenida central, un monumento fue recientemente remodelado en homenaje a la efeméride.
«Expulsamos a los nazis en 1944, no daremos a los fascistas rusos una oportunidad en 2022», concluyó el Ministerio de Defensa ucraniano mediante un comunicado el lunes por la noche refiriéndose al 78º aniversario.
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