El Tribunal Constitucional de Corea del Sur confirmó este viernes 4 de abril de 2025 la destitución del presidente Yoon Suk-yeol. Esta decisión se debe a su breve declaración de ley marcial en diciembre pasado, lo que marca el cierre de una de las crisis políticas más significativas en la historia reciente del país. Ahora, Corea del Sur se enfrenta a la necesidad de celebrar elecciones anticipadas.
Cuatro meses después de que el líder conservador sorprendiera a la nación y generara caos al decretar el estado de excepción, la máxima instancia judicial surcoreana determinó que esta medida fue aplicada sin justificación suficiente. Así, se ratificó la inhabilitación de Yoon, que ya había sido votada por la Asamblea Nacional (Parlamento).
Un fallo sin fisuras
El fallo fue adoptado con el apoyo de los 8 jueces del Constitucional. Para que la destitución fuera confirmada, se requería el respaldo de al menos 6 de los 8 magistrados en funciones.
Durante la lectura del veredicto, el presidente interino del tribunal, Moon Hyung-bae, afirmó: «La crisis política no justifica las acciones tomadas. La situación en la Asamblea Nacional en ese momento no justificaba el ejercicio de poderes nacionales de emergencia».
Moon también mencionó que el presidente utilizó fuerzas armadas con fines políticos, lo que representa una grave transgresión de la neutralidad política del Ejército y de su deber como comandante en jefe. Recordó que algunos diputados «tuvieron que escalar muros» para poder acceder al Parlamento, que estaba rodeado por las tropas.
Yoon había permanecido en el cargo, aunque sin funciones, desde que el Parlamento votó su inhabilitación el 14 de diciembre de 2024. Esta decisión se tomó en una sesión extraordinaria que quedará grabada en la memoria de los surcoreanos, junto a la convulsa noche del 3 de diciembre y otros momentos insólitos y sin precedentes en su historia democrática.
Entre estos episodios se destacan situaciones lamentables, como un primer intento de destituir a Yoon en la Asamblea, que fue boicoteado con gritos por parte del partido gobernante. También hubo dos operativos para detener al mandatario, quien se encontraba atrincherado en su residencia oficial, protegido por sus partidarios y su servicio de seguridad. Además, se registraron actos de vandalismo en un tribunal de Seúl y agresiones a policías y periodistas a manos de fanáticos del líder conservador.
Los partidos acatan la decisión
En un contexto de creciente polarización en el país y con medidas excepcionales de seguridad desplegadas hoy debido a la sentencia, los principales partidos surcoreanos y el propio Yoon aceptaron la decisión del Constitucional y reaccionaron de manera mesurada.
El Partido del Poder Popular (PPP), al que pertenece Yoon, expresó que «acepta humildemente» el fallo y asume su «plena responsabilidad» por no haber cumplido con su función como partido gobernante. Además, enfatizó que es fundamental respetar la decisión del tribunal, ya que esto es «la manera de defender la democracia y el Estado de derecho».
Por su parte, el ya expresidente surcoreano se disculpó «por no cumplir con las esperanzas y expectativas» de la población. Agradeció el «inquebrantable apoyo y aliento del pueblo» en un breve comunicado difundido por sus abogados tras el veredicto, al que no asistió el mandatario.
El principal partido de la oposición y fuerza parlamentaria mayoritaria, el Partido Democrático (PD), celebró la decisión, afirmando que representa «una gran victoria para el pueblo» y «un día histórico» para quienes lograron «salvaguardar la democracia contra las fuerzas que intentaron destruirla».
Elecciones a la vista
El proceso político contra Yoon ha estado marcado por una fuerte división social y política, con protestas masivas continuas en todo el país. Recientes encuestas mostraban que alrededor del 60 % de la población apoyaba la destitución.
Este cambio de tendencia ha beneficiado a los partidarios de la formación gobernante, ya que en diciembre un 70 % de los ciudadanos respaldaba la inhabilitación definitiva de Yoon. Los analistas atribuyen esto a la capacidad de movilización entre los sectores conservadores y a las críticas que ha recibido la oposición por su agresiva estrategia de bloqueo político.
La manera en que los partidos manejen este clima de confrontación será crucial de cara a los comicios anticipados que deberán celebrarse en los próximos 2 meses.
Los sondeos actuales sitúan entre los favoritos al líder opositor, Lee Jae-myung, del Partido Democrático (PD), quien perdió por un estrecho margen en las elecciones presidenciales de 2022 ante Yoon.
Lee fue recientemente absuelto por un tribunal surcoreano de un delito de difusión de información falsa durante una campaña electoral, aunque aún enfrenta otros litigios por soborno o corrupción.
Por su parte, el gobernante Partido del Poder Popular de Yoon no cuenta en este momento con un candidato claro.
Un reciente sondeo mostró que un 57 % de los surcoreanos respaldarían a algún partido de la oposición en unas elecciones anticipadas, frente al 38 % que apoyaría al partido conservador gobernante.
Hasta que se elija un nuevo ganador en los comicios, la jefatura del Gobierno estará en manos del presidente interino y actual primer ministro, Han Duck-soo.
