La Sociedad Española de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello (Seorl-CCC) ha emitido una alerta sobre el riesgo de pérdida auditiva que enfrentan la mitad de los jóvenes en el mundo. Esta preocupación surge debido al uso excesivo de auriculares y la exposición a ruidos intensos en conciertos y discotecas. El comunicado se realiza en el marco del Día Mundial del Cuidado del Oído y de la Audición, que se celebra el 3 de marzo de 2025.
Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), más de 1.000 millones de personas entre 12 y 35 años están en riesgo de sufrir pérdidas auditivas irreversibles. En el caso de los adultos, la contaminación acústica es el principal factor que contribuye a estos problemas. Esto se relaciona también con la falta de hábitos saludables para el corazón y el uso excesivo de medicamentos ototóxicos.
Medicamentos ototóxicos
Los fármacos ototóxicos son aquellos que pueden afectar la audición o el equilibrio. Según la Federación de Asociaciones de Implantados Cocleares de España, estos incluyen varios tipos de antibióticos, antiinflamatorios, antitumorales y desinfectantes. La OMS también advierte que para el año 2050, una de cada 4 personas en el mundo tendrá problemas auditivos y que 700 millones necesitarán atención otológica para mejorar su audición.
Estadísticas preocupantes
De acuerdo con la Seorl-CCC, actualmente el 75% de los habitantes de ciudades industrializadas ya presenta algún grado de sordera o pérdida auditiva, que se debe a la exposición a sonidos de alta intensidad. La OMS establece que el límite de ruido aceptable para la salud es de 65 decibelios (dB). Superar los 80 dB pone en riesgo la salud auditiva, y estar expuesto a más de 85 dB durante un tiempo prolongado puede causar daños permanentes en la capacidad auditiva.
Niveles de ruido peligrosos
El comunicado detalla que el ruido del tráfico puede alcanzar entre 80 y 85 dB. Por otro lado, el uso de una sierra eléctrica o auriculares puede generar hasta 95 dB, lo que representa un riesgo de lesión si la exposición supera las dos horas. En discotecas, el ruido puede llegar a 110 dB, lo que conlleva un riesgo de daño inmediato. Finalmente, un concierto de rock o el uso de un taladro puede alcanzar los 120 dB, donde el riesgo de lesión se presenta si la exposición se prolonga más de siete minutos.