El sector de la construcción en Bolivia se encuentra en una de sus crisis más severas, afectado por la escasez de divisas y combustible. Esta situación ha impactado de manera significativa los costos, los plazos y la viabilidad de los proyectos en curso. Un informe de la Cámara de la Construcción de Santa Cruz (Cadecocruz), presentado el 17 de diciembre, revela la gravedad de la situación.
Crecimiento del sector en 2024
De acuerdo con el documento, el crecimiento del sector en 2024 fue notablemente bajo. La tasa de crecimiento de la venta de cemento se redujo a 2,76%, en comparación con el 3,61% registrado en 2023. Esta disminución es un indicador claro de la crisis que enfrenta la industria.
Además, los permisos de construcción, que son un reflejo de las futuras obras, cayeron un 33% este año. Este retroceso es similar al que se observó en 2020, cuando la pandemia afectó gravemente la actividad constructiva en el país.
Desaceleración del PIB
El Producto Interno Bruto (PIB) del sector constructor también ha experimentado una desaceleración. Se proyecta que cerrará el 2024 con un crecimiento inferior al 1,3%. Esta situación es preocupante, ya que el sector es un pilar importante de la economía nacional.
La Cámara de la Construcción también destacó que la inversión pública, que históricamente ha sido fundamental para dinamizar el sector, no ha cumplido con las expectativas. La ejecución presupuestaria promedio se ha mantenido en un 50%, lo que limita las oportunidades de crecimiento.
Impacto de la escasez de insumos
Según el informe, que incluye datos del Centro de Estudios Económicos y Desarrollo (CEED), entre el 60% y el 70% de los insumos utilizados en la construcción son importados. Esta dependencia ha llevado a que la falta de dólares provoque un aumento de entre un 35% y un 40% en los costos de los proyectos.
Cadecocruz atribuyó esta situación a la escasez de divisas, especialmente la falta de dólares, que ha afectado los costos de los insumos de construcción, la mayoría de los cuales son importados. Esto ha generado un efecto dominó en la industria.
Desabastecimiento y retrasos
El desabastecimiento de diésel ha ocasionado retrasos en los plazos de las obras, sobre todo en aquellas que involucran inversión pública. Esta situación ha llevado a que se rescindan contratos debido a la inviabilidad de continuar con los proyectos.
El informe también indica que el 70% de las empresas constructoras han experimentado una caída en sus ingresos en comparación con 2023. Además, un 77% reportó una disminución en sus utilidades, con ventas que han bajado en promedio un 25% durante el primer semestre del año.
Obras privadas en ejecución
A pesar de la crisis, los constructores privados continúan trabajando en la región y en el país. Según el Observatorio Urbano (OBU) de Cadecocruz, cerca de 1.000.000 de metros cuadrados de obras privadas siguen en ejecución en la metrópoli cruceña, lo que representa una inversión significativa.
No obstante, desde la cámara sostienen que los retos para el sector siguen siendo grandes, especialmente debido a la baja inversión pública en infraestructura y a los problemas de liquidez de algunas entidades estatales.
Medidas urgentes del Gobierno
En este contexto, el gerente general de Cadecocruz, Javier Arze Justiniano, ha instado al Gobierno a tomar medidas inmediatas. Entre estas, se sugiere flexibilizar los plazos de contratos afectados por la falta de combustible, reajustar precios de obras públicas y garantizar el acceso a divisas.
Para 2025, se espera que el PIB del sector constructor crezca un 2%, superando la proyección del PIB nacional. Sin embargo, este crecimiento dependerá de la resolución de los problemas actuales y de la confianza en la política económica interna.
