Un estudio reciente ha revelado que el asco, una emoción que las mujeres sienten con mayor intensidad que los hombres, podría ser un factor determinante en su longevidad. Investigaciones realizadas por la ecóloga cognitiva Cécile Sarabian en el Instituto de Estudios Avanzados de Toulouse sugieren que este comportamiento selectivo hacia los alimentos contaminados y las enfermedades, que también se observa en hembras de primates como los macacos y los mandriles, ha evolucionado para proteger la salud de las hembras y sus crías.
Las investigaciones de Cécile Sarabian han mostrado que las hembras de macaco japonés y los lémures ratón grises (Microcebus murinus) son más propensas que los machos a rechazar alimentos contaminados. De manera similar, las hembras de mandriles son mucho más selectivas que los machos cuando se trata de evitar comida en mal estado. Este comportamiento, que se desarrolla a partir de la capacidad de sentir asco, ayuda a las hembras a reducir el riesgo de infectarse con geohelmintos, un parásito intestinal que se transmite a través de las heces.
Importancia del asco en la salud
El asco no solo es crucial para evitar infecciones alimentarias, sino que también juega un papel importante en asegurar una descendencia saludable. Por esta razón, las hembras de gorilas occidentales de llanura y papiones oliva (Papio anubis) tienden a evitar el contacto con otros animales que presentan infecciones en la piel. Además, las hembras de primates suelen rechazar a los machos cuyo olor les resulta desagradable, lo que les permite esquivar enfermedades de transmisión sexual.
Selección de pareja en mandriles
Un estudio llevado a cabo en la Universidad de Durham en Cambridge (Reino Unido) encontró que las hembras de mandril eligen a los machos con los genes más diferenciados gracias a su sentido del olfato. De esta forma, mantienen la diversidad genética y evitan que su descendencia presente defectos causados por la endogamia. La hipótesis de Sarabian sugiere que el asco acumulado en las hembras, que son más selectivas con su alimentación y evitan la exposición a infecciones, podría ser una de las razones por las cuales las hembras de primates viven más tiempo que los machos.
El asco en las mujeres humanas
A lo largo de siglos de evolución, este comportamiento se manifiesta también en las mujeres humanas. Así, el asco, lejos de ser simplemente una emoción desagradable, parece desempeñar un papel fundamental en la protección de las hembras contra enfermedades, además de contribuir a su salud y la de sus crías.
Las mujeres y el asco
Es probable que muchas personas hayan notado en su vida cotidiana que las mujeres suelen ser más escrupulosas que los hombres y más sensibles a olores desagradables, suciedad o insectos. Esto no es casualidad. De hecho, estudios psicológicos y científicos confirman que las mujeres tienden a reportar niveles más altos de asco en comparación con los hombres.