La senadora de Comunidad Ciudadana (CC), Andrea Barrientos, denunció el miércoles 27 de noviembre la supuesta “gran estafa del oro” en una conferencia de prensa. En su declaración, acusó a la Empresa Estatal de Producción y Comercialización del Oro (Epcoro) de cometer delitos como usurpación de identidad y causar daño económico al Estado. Según Barrientos, Epcoro está comprando oro a precios inflados y sin justificación.
Según la senadora, Epcoro ha aumentado su presupuesto de 102.9 millones de bolivianos a 500 millones de bolivianos. Este incremento ha llevado a la empresa a adquirir oro a precios que superan la cotización oficial, lo que podría resultar en un desfalco significativo para el país.
Precios de compra del oro
Barrientos explicó que Epcoro está comprando el gramo de oro entre 800 y 1.000 bolivianos, un precio que nunca antes se había visto en la historia. Este hecho representa un daño económico al Estado, ya que la empresa adquiere el oro a precios mucho más altos que los establecidos por el Banco Central de Bolivia (BCB).
La senadora también mencionó que Epcoro compra la onza de oro a 2.624,38 bolivianos, según la cotización del BCB. Esto implica un desfalco que varía entre 200 y 450 bolivianos por gramo de oro, dado que luego Epcoro vende el oro a 567 bolivianos al BCB.
Aumento en la compra de oro
Además, Barrientos indicó que hace dos meses, Epcoro compraba 40 kilos de oro al día, pero actualmente esa cifra ha aumentado a 100 kilos diarios. Sin embargo, no se ha publicado información sobre las reservas actuales del BCB, lo que genera inquietudes sobre la transparencia en el manejo financiero de Epcoro.
Preocupaciones sobre la transparencia
La situación plantea preocupaciones sobre la transparencia y el manejo financiero de Epcoro. Barrientos sugiere que la empresa podría estar diseñada para facilitar el lavado de dinero y fomentar la minería ilegal.
Uso de cédulas de identidad irregulares
Finalmente, la senadora hizo hincapié en que se están utilizando cédulas de identidad irregulares para justificar las transacciones relacionadas con la compra y venta de oro. Esta situación agrava aún más las dudas sobre la legalidad y la ética de las operaciones de Epcoro.