Por: Andrés Londoño Niño / Latinoamérica21
La Conferencia de las Naciones Unidas sobre Biodiversidad (COP16), llevada a cabo en la ciudad de Cali entre el 21 de octubre y el 1 de noviembre de 2024, constituye un logro diplomático para Colombia, en la medida en que el país consiguió ser la sede del evento internacional más importante sobre la biodiversidad en el mundo. Esto elevó el perfil de la política exterior colombiana, que históricamente se adhería a diversas iniciativas impulsadas por otros países, pero no tenía un papel activo de liderazgo, salvo algunas excepciones.
A pesar de que un periodista llegó a minimizar la importancia de la COP y la comparó con una final de la Champions League, la opinión pública fue favorable a la realización del evento e incluso participaron representantes de la oposición, a pesar de que no dieron crédito al gobierno por su realización. Es preciso recordar que la COP se da en un contexto de crisis de gobernabilidad del gobierno de Petro, que se avivó recientemente con la polémica investigación al presidente por parte del Consejo Nacional Electoral por irregularidades en su campaña.
En cualquier caso, el medio ambiente ha tenido mayor atención en la agenda interna y externa de Colombia, en la última década. Sin embargo, ha sido durante el gobierno de Petro que este tema ha sido priorizado, como lo demuestra el énfasis del Plan Nacional de Desarrollo (2022-2026), así como diversas propuestas que ha llevado el actual gobierno a eventos internacionales relacionados con el medio ambiente. De esta forma, el gobierno de Petro ha tenido un fuerte liderazgo en el tema ambiental no solamente en la región, sino a nivel mundial.
A pesar de que países como Brasil y líderes como Lula da Silva cuenten con una mayor experiencia en dichos temas, Colombia está insistiendo ante foros internacionales en propuestas como el canje de deuda externa por acción climática y a criticar el modelo de desarrollo basado en la dependencia en combustibles fósiles. Esto, de hecho, ha alejado a los dos mandatarios, pues Lula ha defendido e incluso ha promovido la explotación petrolera en la Amazonia.
La COP16, que rompió récord de asistencia, se realizó en Cali, una ciudad diversa sociodemográfica y ambientalmente y que fue protagonista en 2021 del estallido social. Cali también ha entrado en los rankings de la ciudad más violenta de Colombia. En cualquier caso, la ciudad llevaba varios meses preparándose, lo que incluye, además de la adecuación de espacios urbanos, la militarización y el establecimiento de estrictos esquemas de seguridad, pues cabe recordar que Iván Mordisco, líder del Estado Mayor Central, disidencia de la guerrilla de las FARC, amenazó con atacar la COP por los problemas con las negociaciones con el gobierno.
Pese a ello, los habitantes de la ciudad estaban a la expectativa del evento y sin duda, Cali ganó visibilidad internacional y acogió muy bien a los miles de participantes tanto en la zona restringida como espacio formal de conferencias y negociaciones diplomáticas en el marco del Convenio sobre la de Diversidad Biológica (CDB) y en la zona donde se desarrollaron actividades culturales y académicas y a la cual, según datos del Ministerio de Ambiente, asistieron más de 900.000 personas.
A pesar de algunas críticas en los medios por la ausencia de presidentes, la COP instaló por primera vez el Segmento de Alto Nivel con la participación de seis jefes de Estado, incluyendo al presidente Gustavo Petro. Además de la participación de Antonio Guterres, secretario general de la ONU, hubo una amplia participación de ministros, funcionarios, agencias y una gran cantidad de organizaciones ambientales de todo el mundo.
A pesar de tratarse de un evento diplomático, Colombia realizó un gran esfuerzo por democratizar la COP, yendo más allá de las negociaciones formales e involucrando a líderes y lideresas ambientales, movimientos sociales y varios sectores de la sociedad civil que son, en última instancia, los actores capaces de exigir el cumplimiento de los acuerdos logrados y promover la defensa del medio ambiente.
Los logros de la COP16
Además de la movilización de recursos para la preservación de la biodiversidad en Colombia y el impulso de declaraciones para fortalecer las leyes de protección de la biodiversidad y promover programas y acciones que involucren a la sociedad civil en la protección del medio ambiente, uno de los grandes logros del evento fue la creación de un órgano para pueblos indígenas y comunidades locales, así como el reconocimiento de pueblos afrodescendientes como custodios de la biodiversidad. Esto coincide con la impronta de esta COP, llamada la COP de la gente, que buscó dar una mayor participación a pueblos indígenas, afrodescendientes, campesinos y otros líderes ambientales.
La COP16 constituye un gran logro para la política exterior colombiana. No en vano en el marco de la COP y gracias a las gestiones diplomáticas de Colombia, se destrabó la elección del secretario general de la Organización del Tratado de Cooperación Amazónica (OTCA), y fue nombrado el colombiano Martin von Hildebrand, lo que permite retomar la operatividad de ese organismo, clave para la conservación de la Amazonia.
Cabe destacar el rol protagónico de Susanaha Muhamad, ministra de Ambiente y presidenta de la COP, quien ha tenido un destacado activismo internacional y fue nombrada recientemente mujer de la década en Colombia por el Women Economic Forum.
Ante los obstáculos que ha tenido el presidente Petro para avanzar en su agenda interna por la falta de mayorías en el congreso y la fuerte oposición, este evento demuestra el margen de maniobra que tiene el gobierno para avanzar con su agenda externa, pues este evento concretó en buena parte los discursos del presidente dentro y fuera de Colombia en los que se prioriza la agenda medioambiental.
Sin embargo, la COP16 no es solo un resultado, sino más bien un punto de partida para abordar múltiples desafíos que persisten como la deforestación y la búsqueda de la paz ambiental, sin la cual no es posible la protección de la biodiversidad.