Decenas de productores bolivianos celebraron el festival «Diversidad es vida – Voces y sabores del bosque» en La Paz. Este evento tuvo como objetivo promover el consumo sostenible de frutos amazónicos como el asaí y el copoazú, así como de cereales andinos como el tarwi y la cañahua. La meta principal fue visibilizar alternativas alimenticias frescas y locales.
El festival reunió más de 100 productos y 40 estands de comida, según Ángela Guerra, integrante del comité organizador. «Tenemos más de 100 productos, 40 estands de comida, entre productoras que tienen sus parcelas cercanas a La Paz, transformadoras que tienen tiendas de comercialización y restaurantes», señaló Guerra.
Además, Guerra destacó la importancia de «revalorizar los saberes locales, que a veces son dejados de lado» ante la promoción masiva de productos altamente procesados que no siempre otorgan beneficios a la salud. El festival también incluyó interpretaciones musicales, consejos para una alimentación sana y la exposición de productos naturales.
Consumo responsable
Los asistentes al festival podían llevar sus propios recipientes reutilizables para consumir platillos o postres. También había la opción de alquilar cubiertos y platos que debían ser lavados por cada usuario. María Eugenia Lagarreta es una emprendedora cuya principal actividad consiste en promover el consumo del tarwi, una leguminosa considerada un alimento milenario propio de las culturas precolombinas.
Lagarreta mencionó que este producto es muy versátil y nutritivo. «Tenemos una misión de compartir saberes, compartir sabores respecto a este alimento (sobre el tarwi) que, acompañado de la cañahua, el amaranto o la quinua, puede ser una respuesta a la mejor calidad de vida», afirmó.
Iniciativas innovadoras
Otra propuesta fue presentada por Heydi Chávez, quien expuso su iniciativa de helados veganos con base en frutos amazónicos. Chávez indicó que su actividad se coloca en el centro de la cadena de consumo entre campesinos y consumidores finales.
La organización del evento subrayó la relación entre una alimentación diversa y el rol esencial de los bosques como «fuente de equilibrio natural». Guerra enfatizó: «Tenemos que saber qué hacer y decidir qué comer; esto tiene un impacto sobre qué sistema queremos que sobreviva».
Contexto crítico en Bolivia
El énfasis en un consumo diferenciado se da en un contexto crítico para Bolivia, tras sufrir una catástrofe ambiental por la quema de alrededor de 10 millones de hectáreas en Chiquitania y Amazonía. Estudios privados han indicado que gran parte de estas quemas ocurrieron en tierras empresariales y fiscales con el fin de ampliar la frontera agrícola para monocultivos.
