Más de 100 camiones cisternas bolivianos están varados en la ruta 9, que conecta Rosario con Buenos Aires, desde el viernes 1 de noviembre. Estos vehículos esperan poder cargar combustible en la refinería Vitco – Zárate. La situación se ha complicado debido a la suspensión del carguío, que se atribuye a una presunta deuda del Gobierno boliviano.
Condiciones precarias
Los transportistas se encuentran en condiciones muy difíciles, sin acceso a servicios sanitarios ni agua potable. A pesar de sus esfuerzos por comunicarse con las autoridades para resolver su situación, la falta de respuesta ha agravado su estado.
Imágenes en redes sociales
Este lunes, se difundieron imágenes en redes sociales que muestran una larga fila de camiones cisternas. Los choferes han expresado que están esperando desde el viernes, ya que «una vez más» se ha suspendido el carguío de combustible. Actualmente, se encuentran en un «limbo administrativo» que les impide acercarse al punto de provisión de carburantes, bajo la advertencia de posibles sanciones y multas.
Comentarios de los transportistas
Un transportista comentó a Radio Fides que la suspensión del carguío en Zárate se debe, aparentemente, a la falta de pago, ya que el Gobierno no está cumpliendo con el pago del consumo de combustible. «Como cisterneros, venimos a llevar combustible y al no pagar el Gobierno boliviano, nos botan a la orilla de la ruta, donde no tenemos agua ni baño; hay que ingeniárselas», indicó.
Falta de comunicación
A pesar de sus intentos por comunicarse con autoridades municipales o nacionales, la falta de respuesta continúa complicando su situación. Los transportistas bolivianos permanecen a la espera de una solución en plena carretera.
Restricciones adicionales
El transportista también mencionó que se ha emitido una instructiva que prohíbe terminantemente acercarse a la planta de carguío. Les han indicado que se queden al costado de la ruta y que llamen, pero hasta ahora no han recibido respuesta.
En este contexto, los transportistas enfrentan dificultades adicionales debido a las restricciones impuestas por las autoridades locales. La situación se torna aún más complicada por la falta de comunicación efectiva con las entidades responsables del carguío.