Con la inminente aprobación de la soya HB4® por el Comité Nacional de Bioseguridad, cerca de 14,000 agricultores bolivianos se preparan para implementar esta tecnología, diseñada para resistir condiciones de sequía. El sector espera reducir las pérdidas que enfrenta desde hace seis años.
Características de la soya HB4®
La soya HB4®, que utiliza el gen hahb-4 proveniente del girasol, ha demostrado una buena adaptación en ambientes con escasa disponibilidad de agua y altos niveles de salinidad en el suelo.
Esta biotecnología permitiría reducir las pérdidas productivas y económicas que enfrenta el sector soyero, que desde hace seis años reporta una reducción anual de 400,000 a 500,000 toneladas, lo que equivale a cerca de 200 millones de dólares en pérdidas anuales.
Opiniones de los expertos
El gerente de la Asociación de Productores de Oleaginosas de Trigo (Anapo), Jaime Hernández, destacó que esta tecnología permitirá a los productores enfrentar mejor las condiciones climáticas adversas.
Desarrollo y autorización
La HB4®, desarrollada por la empresa argentina Bioceres junto con el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) y la Universidad Nacional del Litoral, es reconocida como el primer avance biotecnológico de Sudamérica que resulta de una colaboración público-privada.
Esta tecnología ya está autorizada para cultivo y consumo en Argentina, Brasil, Estados Unidos, Paraguay, y para el consumo en China y Sudáfrica, cubriendo más del 85% del área mundial plantada de soya.
Aprobación en Bolivia
El ministro de Desarrollo Rural y Tierras, Yamil Flores, confirmó la pronta aprobación de la HB4® en el país tras una reunión con dirigentes de Anapo y la Cámara Agropecuaria del Oriente (CAO).
Esta decisión llega tras dos años de evaluación por el Comité Nacional de Bioseguridad, donde se analizaron exhaustivamente los riesgos y se cumplió con el Reglamento de Bioseguridad del país.
Manejo sostenible
Además de su tolerancia a la sequía, el uso de la tecnología HB4® se basa en un manejo integral que incorpora prácticas respetuosas con el medioambiente. Esto incluye la nutrición y protección de cultivos, el monitoreo constante y el uso de sistemas agrícolas sostenibles.