Ante las protestas de los trabajadores del sector salud en La Paz, quienes exigen estabilidad laboral, el gobernador Santos Quispe dio a conocer su postura este martes. En medio de las acusaciones sobre una supuesta “masacre blanca”, Quispe afirmó que en el último año solo se han desvinculado a 16 trabajadores.
El gobernador explicó que el Servicio Departamental de Salud (Sedes) cuenta con alrededor de 2.500 empleados. De estos, los 16 desvinculados eran contratados en calidad de “invitados”, lo que significa que no tenían un estatus de empleados institucionalizados.
Defensa de los nombramientos
Quispe defendió su derecho, como autoridad electa, a realizar nombramientos dentro del personal de salud. Aseguró que las desvinculaciones se han llevado a cabo de manera gradual y que están respaldadas por actas firmadas con los dirigentes del sector.
Además, el gobernador no escatimó en críticas hacia la dirigencia del sindicato de trabajadores de la salud. Acusó a los líderes sindicales de estar más interesados en proteger a sus familiares que en defender los derechos de todos los trabajadores. Según Quispe, hay un alto nivel de nepotismo en el Sedes, donde muchos sindicalistas tienen familiares ocupando cargos dentro de la institución.
Experiencia personal del gobernador
Quispe también recordó su propia experiencia como trabajador de salud. Mencionó que cuando fue despedido, no recibió apoyo del sindicato, lo que resalta su descontento con la actual dirigencia sindical.
Protestas de los trabajadores
Por otro lado, las demandas de los trabajadores han desencadenado varias semanas de protestas. Estas manifestaciones incluyen huelgas de hambre, bloqueos y paros laborales, en las que expresan su descontento por lo que consideran despidos injustificados y una falta de garantías en sus puestos de trabajo.
El gobernador argumentó que muchos de los trabajadores que ahora protestan fueron nombrados durante gestiones de administraciones anteriores sin seguir un proceso formal de selección.