Política EEUU Internacional

Inmigración: nuevo eje electoral en Estados Unidos

Robert Vivar (d), de la Iglesia Episcopal de San Diego, hablando con un grupo de migrantes liberados por la Patrulla Fronteriza en San Diego, California (EE.UU.). EFE/ Manuel Ocaño ARCHIVO

La inmigración ha vuelto a ser un tema clave en las elecciones de Estados Unidos. En esta ocasión, tanto Donald Trump como Kamala Harris centran su atención en el mismo «problema»: los cruces ilegales en la frontera. Sin embargo, ambos candidatos parecen ignorar los beneficios que la inmigración aporta a un país donde una gran parte de la población tiene raíces extranjeras.

Un estudio reciente del Migration Policy Center indica que, aunque los políticos republicanos y demócratas tienen diferencias en tono y matices, hay un mayor alineamiento entre ambos partidos en políticas fronterizas que en cualquier otro momento de las últimas 2 décadas.

Donald Trump, el expresidente y candidato republicano, adopta un enfoque más agresivo. Propone medidas como la deportación masiva y la eliminación de la ciudadanía por nacimiento, argumentando que estas acciones son necesarias para combatir la criminalidad y la pérdida de empleos, fenómenos que él asocia con la inmigración.

Datos de la frontera

Desde que Joe Biden asumió la presidencia en 2021, las patrullas fronterizas han tenido 8.6 millones de «encuentros» con inmigrantes que intentaban cruzar a EE.UU. Este año, se ha registrado un récord en 2023, aunque esa cifra ha disminuido considerablemente gracias a las acciones de ambos países, según un informe de Pew Research.

A pesar de esta disminución, la seguridad en la frontera sigue siendo un tema crucial en las elecciones. Un 88% de los votantes registrados apoyan el refuerzo de la frontera, con un respaldo del 96% de los republicanos y del 80% de los demócratas, según una encuesta realizada en agosto.

Redistribución de solicitantes de asilo

Los últimos 2 años han estado marcados por la redistribución de solicitantes de asilo en todo el país. Muchos de ellos han sido enviados en autobuses por los gobiernos republicanos de Texas y Arizona a ciudades demócratas como Nueva York, que ha recibido a 210,000 inmigrantes. Esta situación ha puesto en crisis el sistema público de albergues, que ha tenido que acoger a 65,000 nuevos huéspedes.

En Nueva York, es común ver en el metro a jóvenes madres que venden dulces con sus bebés a cuestas, así como familias que deambulan cerca de los albergues. Estos son los rostros de la ola de inmigrantes que ha manejado una administración que ha visto un desgaste de imagen debido a la carga económica y a los delitos cometidos por inmigrantes, aunque estos son escasos pero muy mediáticos.

Cambio en el discurso de Biden

En 2019, Biden invitaba a los inmigrantes a escapar de regímenes opresivos hacia un país de puertas abiertas, construido por inmigrantes. Sin embargo, su postura ha cambiado a un «Mejor, no vengan», tanto en su discurso como en las políticas más restrictivas. Kamala Harris, la vicepresidenta y su posible sucesora en la carrera electoral, también ha mantenido un tono similar.

Harris, quien destaca su experiencia como fiscal de San Francisco, propone reforzar la frontera e incrementar las restricciones a la inmigración. Estas medidas reflejan un cierre de puertas, en paralelo a un programa de último minuto de la Administración Biden para regularizar a esposos indocumentados de ciudadanos estadounidenses.

Críticas al sistema migratorio

La vicepresidenta ha reconocido que el sistema migratorio de EE.UU. está «roto». Organizaciones como la Unión de Libertades Civiles (ACLU) se preparan para lo que denominan una «máquina de deportación» gubernamental en la frontera, que podría ser implementada por futuras administraciones sin distinción.

Harris ha prometido reactivar un proyecto de ley negociado por ambos partidos que incluye las restricciones más severas al sistema de asilo en años. Esta iniciativa fue iniciada por Biden a través de una orden ejecutiva tras el rechazo de los republicanos en el Congreso, impulsado por Trump.

Discurso estigmatizador de Trump

Trump ha intensificado su discurso, comparando a los inmigrantes con «asesinos, violadores, rufianes, vendedores de droga y pandilleros». Acusa a Harris de haber «traído» a estos inmigrantes y promete «liberar» al país. Ha llegado a afirmar que los haitianos se «comen» las mascotas de los estadounidenses.

William Lopez, profesor de la Universidad de Míchigan y experto en salud pública y estudios latinos, señala que aunque ambos candidatos se enfocan en la frontera, el discurso de Trump es «deshumanizador». No le preocupa que su audiencia piense que todos los inmigrantes son peligrosos.

Impacto en la opinión pública

Estas ideas han influido en figuras como Elon Musk, nacido en Sudáfrica, quien utiliza su red social X para difundir su opinión. Recientemente, Musk afirmó que los demócratas buscan regularizar a indocumentados para obtener su voto, a pesar de que un proceso de naturalización puede tardar entre 5 y 10 años o más, y durante ese tiempo, el inmigrante no puede votar.

Lopez, autor del libro «Separados: la familia y la comunidad después de una redada de inmigración», sostiene que Trump ha llevado su lenguaje tan a la derecha que la izquierda no necesita hacer nada para movilizar a sus votantes. Por ejemplo, Harris prefiere recordar al público que, como fiscal, «puso a inmigrantes indocumentados en la cárcel».

En Estados Unidos, hay aproximadamente 330 millones de habitantes, de los cuales cerca de 48 millones son inmigrantes. La gran mayoría de estos son naturalizados o tienen permiso de residencia permanente, mientras que alrededor de 11 millones carecen de documentación legal.

Fuente: EFE.


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