Israel ha tomado la decisión de realizar un ataque contra Irán. En este momento, se están debatiendo los objetivos estratégicos de la ofensiva, que podrían incluir el sistema de desarrollo nuclear de Irán o su infraestructura petrolera. El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, busca provocar un cambio en el tablero geopolítico de la región, especialmente en un contexto de tensiones con Estados Unidos sobre las metas del ataque, justo a un mes de las elecciones presidenciales en ese país.
Al mismo tiempo, las Fuerzas de Defensa de Israel han lanzado un ataque contra una mezquita en Bint Jbeil, Líbano, alegando que este lugar funcionaba como un centro de mando de Hezbollah.
Consejos del Consejo de Seguridad
El Consejo de Seguridad de Israel ha recomendado llevar a cabo una ofensiva aérea contra el sistema de desarrollo nuclear de Irán o su infraestructura petrolera. Estos son objetivos estratégicos que podrían tener consecuencias significativas en la región y en la economía global. Estados Unidos apoya el ataque de Israel a Irán, aunque cuestiona los objetivos que se han elegido para la ofensiva.
En los últimos días, ha habido un intenso debate entre Jerusalén y Washington para llegar a un acuerdo sobre los objetivos del ataque.
Reacciones de Biden
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ya ha rechazado la posibilidad de atacar las instalaciones nucleares de Irán y ha cuestionado la decisión de considerar la infraestructura petrolera como un blanco a destruir. “Si yo estuviera en lugar de Israel, estaría pensando en otras alternativas que no fueran atacar los yacimientos petrolíferos”, afirmó Biden en la Casa Blanca. Estas declaraciones han generado irritación política en Netanyahu.
Perspectivas de la autoridad israelí
La autoridad israelí sostiene que Irán se encuentra en una crisis de liderazgo y que un ataque contundente podría provocar un efecto dominó en la política de alianzas que establece el status quo en el mundo árabe. Esta perspectiva estratégica está retrasando la ofensiva sobre Irán y está vinculada a los objetivos que se elijan para el ataque.
Si se opta por atacar las refinerías petroleras, esto podría provocar un aumento en el precio del barril de petróleo, lo que influiría en las decisiones económicas de países como Qatar y Arabia Saudita.
Contexto electoral en EE. UU.
En este contexto global, el gobierno israelí también está considerando la situación interna en Estados Unidos. Kamala Harris y Donald Trump se enfrentarán en las elecciones presidenciales el próximo 5 de noviembre. Un aumento en el precio del combustible podría afectar las tendencias electorales. Por ejemplo, Jimmy Carter perdió ante Ronald Reagan debido a la crisis de los rehenes en Irán y el incremento en el precio del combustible.
Posibles objetivos de ataque
Si Israel decide evitar un ataque a la producción petrolera de Irán, tiene en mente avanzar sobre su sistema de desarrollo nuclear. Este objetivo es complejo debido a los altos niveles de seguridad que lo rodean y su posible impacto regional. Desde hace años, Netanyahu ha estado considerando un ataque a este proyecto clave del régimen iraní, pero es fundamental contar con información de inteligencia precisa y el respaldo logístico del Pentágono.
Biden ya ha expresado su oposición a esta hipótesis de conflicto, lo que influye en las decisiones que tome Israel. Irán está atravesando una crisis regional; un golpe a su proyecto nuclear podría abrir una oportunidad histórica que Estados Unidos, Qatar y Arabia Saudita están esperando. Si Teherán se debilita, la situación podría cambiar en Líbano, Gaza, Siria e Irak.
