El presidente de la Asociación Departamental de Productores de Camélidos de La Paz, Eliseo Apaza Sánchez, manifestó su preocupación este lunes 23 de septiembre por la falta de proyectos que garanticen el suministro de agua y forraje para los criadores de llamas y alpacas, especialmente durante las épocas de sequía.
Apaza indicó que, a pesar de que este año se celebra el Año Internacional de los Camélidos, el programa Pro Camélidos, que brinda asistencia a estos productores, ha finalizado dejando a los criadores sin apoyo.
El dirigente señaló que, aunque en 2023 las lluvias fueron favorables y la escasez de forraje no fue tan severa, las sequías de años anteriores causaron grandes pérdidas. Aproximadamente el 30% del ganado murió en 2023 debido a la falta de agua y alimento.
“Este año (…) por familia ha debido morir unas 3 a 4 crías, pero el año pasado (…), por lo menos el 30% de cada tama ha fallecido; de 100 cabezas que tiene un productor, unas 30 han fallecido”, comentó Apaza en una entrevista con ANF.
Familias afectadas en La Paz
En el departamento de La Paz, alrededor de 40,000 familias dependen exclusivamente de la crianza de camélidos. En este contexto, Apaza subrayó la importancia de implementar más tecnología y programas de manejo genético para enfrentar los efectos del cambio climático.
No obstante, actualmente no existen proyectos activos que aseguren la provisión de agua y forraje. Aunque el programa Pro Camélidos construyó infraestructuras como estables y cercos, no se han puesto en marcha iniciativas para garantizar estos recursos vitales, aseguró Apaza.
Falta de presupuesto
El dirigente también mencionó que hay un programa en el Ministerio de Desarrollo Rural y Tierras destinado al forraje, pero aún no ha comenzado debido a la falta de presupuesto.
Además, Apaza destacó que esperan la aprobación de un nuevo programa de créditos, impulsado por el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA). Este programa podría beneficiar a más de 130 municipios en seis departamentos: La Paz, Oruro, Potosí, Cochabamba, Tarija y Chuquisaca, con un crédito de 200 millones de bolivianos.
“Nosotros estamos pidiendo que entren más municipios al programa porque hay muchas necesidades. Estamos en épocas de sequía, el cambio climático está afectando, el tema forraje y agua es crítico en el campo, los animales van muriendo. También nos falta avanzar en el tema del mejoramiento genético y en el tema sanidad; hay muchas necesidades”, apuntó Apaza.
Desafíos para los productores
Apaza también señaló que cada vez menos personas se dedican a la crianza de camélidos en las zonas fronterizas con Chile, donde la mayoría de los productores son de la tercera edad. Los jóvenes han abandonado estas áreas rurales debido a la falta de rentabilidad en la producción de camélidos, migrando a las ciudades o al extranjero en busca de mejores oportunidades.
Otro factor que desmotiva la actividad es la creciente presencia de pumas, que atacan al ganado. “En una noche, el puma se come hasta 10 llamas y hay mucha pérdida; hasta de noche tiene que estar el productor cuidando”, explicó Apaza.