Australia se encuentra en medio de una controversia debido a la actuación de la «breaker» Rachel Gunn, conocida como «Raygun», en los Juegos Olímpicos de París. Durante su participación, Gunn realizó movimientos controvertidos, incluyendo saltos de canguro, lo que la hizo viral en las redes sociales.
Gunn, de 36 años, representante de Oceanía en la categoría «B-girl», obtuvo cero puntos en los tres combates que perdió contra Estados Unidos, Francia y Lituania. A pesar de su esfuerzo, su resultado combinado fue de 54-0. Los vídeos de su actuación se volvieron virales y generaron memes que cuestionan su capacidad para competir en los Juegos Olímpicos.
Defensa de la federación de AusBreaking
Ante las críticas, la federación de AusBreaking, el deporte de la «breaker», defendió la clasificación de Gunn para los Juegos Olímpicos, asegurando que se ajustó a las normas de la Federación Mundial de Danza Deportiva y del Comité Olímpico Internacional. AusBreaking condenó el acoso y la intimidación que Gunn ha enfrentado en internet y expresó su solidaridad con ella.
Apoyo de autoridades y personalidades
El primer ministro de Australia, Anthony Albanese, y otras autoridades y personalidades han salido en defensa de Gunn. Albanese afirmó que los Juegos Olímpicos se tratan de participar, hacer lo mejor posible y representar a tu país, y que Gunn cumplió con todos esos aspectos. Sin embargo, no todas las opiniones son favorables, como la de Malik Dixon, quien considera que la actuación de Gunn es una burla a la cultura afroamericana.
El breakdance en los Juegos Olímpicos
El breakdance fue incluido por primera vez en los Juegos Olímpicos de París. A diferencia de otras categorías deportivas, el breakdance no tiene estándares marcados, lo que permite la improvisación e innovación para obtener una mayor puntuación. Esta nueva inclusión ha generado debate y controversia en torno a la interpretación y representación de este deporte urbano.