Los panificadores de Oruro se enfrentan a un desafío económico debido al incremento en el precio de los insumos y elementos de la canasta familiar. Aunque se comprometen a mantener el precio del pan de batalla, advierten que no podrán garantizar el peso ni el abastecimiento. Ante esta situación, se llevará a cabo un ampliado del sector para analizar posibles soluciones.
Santos Herrera, presidente de la Federación Departamental de Panificadores Artesanales de Oruro (Fedepanor), comparte la preocupación del sector por el aumento en el costo de los insumos y la escasez de combustibles, lo cual dificulta el acceso a las garrafas de Gas Licuado de Petróleo (GLP). Ante esta situación, se ha convocado a un ampliado departamental de emergencia para abordar la problemática.
Impacto en la producción de pan de batalla
En Oruro, se demandan aproximadamente 7.000 quintales de harina cada quincena para la elaboración del pan. Aunque se utiliza harina subvencionada y se adquiere otra parte en el mercado, ya no es posible comprar harina argentina debido al aumento en su precio. Esto podría afectar la producción del pan de batalla, que es el más consumido en la región.
Posibles alternativas y variaciones en los precios
Ante la situación actual, algunos panificadores proponen elaborar otros productos con valor agregado. Sin embargo, el precio del pan de batalla se mantendrá en 40 centavos. No obstante, es posible que otros tipos de pan, como los surtidos o especiales, tengan precios diferentes debido a la necesidad de adquirir harina argentina. Además, el abastecimiento también se ve comprometido debido al aumento generalizado de los precios y la escasez de gas.
Ampliado para determinar acciones
Los panificadores de base han solicitado la realización de un ampliado en el que se discutirán las acciones y medidas a tomar para enfrentar esta situación. Además, se denuncia que el GLP no llega a quienes lo necesitan para la elaboración del pan, lo cual agrava la problemática. Actualmente, el sector cuenta con un cupo de harina subvencionada, pero requiere una cantidad adicional de harina argentina para cumplir con la demanda en el departamento, la cual tiene un costo aproximado de 350 bolivianos.