La Compañía de Jesús ha reconocido públicamente su negligencia en el caso del sacerdote Luis María Roma, quien fue acusado de abusar sexualmente de niñas indígenas en Bolivia durante varias décadas mientras cumplía una misión pastoral. Después de una investigación periodística que reveló la protección brindada al religioso, los jesuitas han pedido que se reabra el caso y se asuman responsabilidades por los hechos ocurridos entre 1994 y 2005 en Charagua (Santa Cruz) y Trinidad Pampa (Yungas de La Paz).
Admisión de responsabilidad y llamado a la justicia
En un comunicado reciente, la Compañía de Jesús admitió con profundo pesar que las actuaciones de quienes estuvieron a cargo de atender las denuncias de abusos sexuales a niñas, niños y adolescentes fueron negligentes, indolentes y nefastas. La orden religiosa insta a asumir responsabilidad por estas acciones ante la justicia boliviana. Es importante destacar que el diario El País reveló escritos en los que el sacerdote Roma confesaba sus abusos a menores.
Detalles de los abusos y ocultamiento de pruebas
Durante su estancia en Charagua entre 1994 y 2005, el sacerdote Roma escribió a mano detalles sobre cómo fotografiaba, filmaba y abusaba de más de un centenar de niñas indígenas guaraníes, incluso identificándolas con su nombre. Se encontraron 75 folios, muchos de ellos sin fecha. A pesar de que la orden religiosa realizó una investigación interna que confirmó los crímenes, decidieron guardar todas las pruebas tras la muerte de Roma en 2019.
Llamado a la acción y colaboración con la justicia
Las actuales autoridades a cargo del gobierno de la Compañía de Jesús en Bolivia han manifestado su compromiso de no repetir los errores del pasado y han colaborado con las investigaciones presentando denuncias ante el Ministerio Público. En un acto de total transparencia y en busca de la verdad, instan a la Fiscalía del Estado a reabrir el caso del sacerdote jesuita Luis María Roma y cualquier otro caso que sea pertinente.
/ APC
