Un equipo de investigadores del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) de España, en colaboración con otros centros y universidades españolas, logró un avance significativo al observar a escala atómica la estructura de una proteína esencial para el aprendizaje y la memoria. Este descubrimiento, publicado en la revista Nature Communications, podría tener aplicaciones en el diseño de fármacos para tratar enfermedades neurológicas como la esquizofrenia y el ictus.
El comportamiento humano, desde aprender de una experiencia hasta recordar una anécdota o modificar una actitud, es resultado del intercambio de compuestos químicos entre las neuronas, conocidos como neurotransmisores. Por lo tanto, comprender qué sucede a nivel molecular durante la comunicación entre las neuronas, en un proceso llamado «sinapsis», es fundamental para entender el funcionamiento del cerebro humano y abordar problemas de salud mental.
La proteína Asc-1 y su papel en el aprendizaje y la memoria
Los investigadores lograron observar y describir la estructura de una proteína llamada Asc-1, presente en la membrana de las neuronas. Esta proteína actúa como una «compuerta» que se abre y se cierra, y es responsable de transportar aminoácidos clave para el aprendizaje y la memoria. Se ha relacionado la actividad de esta proteína con diferentes enfermedades mentales, lo que hace que comprender su forma tridimensional sea crucial para el desarrollo de nuevos fármacos que puedan tratar estas patologías.
Aplicaciones terapéuticas y desarrollo de fármacos
Modular la actividad de la proteína Asc-1 puede ser una estrategia terapéutica en enfermedades como el ictus y la esquizofrenia. Conocer su estructura a nivel atómico es importante, ya que puede ayudar en la búsqueda de compuestos que modifiquen su actividad. El descubrimiento de la estructura de esta proteína brinda nuevas oportunidades para el desarrollo de intervenciones terapéuticas más precisas en una variedad de trastornos neurológicos.
Colaboración científica y visión sin precedentes
La colaboración entre diferentes centros de investigación fue clave para desentrañar los misterios de la proteína Asc-1 y obtener una visión sin precedentes de su estructura y funcionamiento. Este descubrimiento no solo arroja luz sobre la compleja maquinaria celular subyacente a procesos cognitivos fundamentales, sino que también nos acerca al desarrollo de intervenciones terapéuticas más precisas para una variedad de trastornos neurológicos.
Un paso hacia el diseño de fármacos más efectivos
La proteína Asc-1 se encuentra principalmente en las neuronas del hipocampo y la corteza cerebral, y su función es crucial para las conexiones neuronales implicadas en el aprendizaje, la memoria y la plasticidad cerebral. Fluctuaciones en el suministro de los aminoácidos transportados por esta proteína se han asociado con diversas enfermedades neurológicas. Hasta ahora, los intentos de diseñar fármacos que regulen la actividad de la proteína Asc-1 no han tenido éxito. Sin embargo, el conocimiento detallado de su estructura atómica puede proporcionar información clave para lograr avances en este campo.
Fuente: EFE