Como regalo por la efeméride del 10 de febrero, los hermanos Mendieta, siguiendo una larga tradición de amor por las plantas, demostraron que el suelo orureño es capaz de producir cualquier alimento al lograr el cultivo exitoso de choclo, una planta gramínea poco común en el altiplano.
LA PATRIA llegó hasta el domicilio de Juan Mendieta, ubicado en la urbanización Milenium, manzano 15. Desde que se abre la puerta se advierte que gran parte del terreno fue destinado a la plantación de árboles frutales y flores de todos los colores, algo que destaca entre el suelo árido y lodoso que predomina básicamente en todo ese sector.
El secreto detrás del éxito
En un recorrido el señor Mendieta, junto a su hermana Mary, mostraron la variedad de cactus del valle, bolivianitas, rosas, margaritas, dormilonas, gladiolos y una variedad de flores que adornan el patio; sin embargo, lo que más llama la atención son los árboles de membrillo, manzanas, peramotas,duraznos,damascos y ciruelos albarillos que ya muestran varios frutos.
Nutrientes naturales para las plantas
La gran producción de los hermanos Mendieta se debe al abono que utilizan y ellos mismos producen: una mezcla de materia orgánica, aserrín y estiércol de oveja que, una vez procesada, se convierte en una gran fuente de nutrientes para las plantas.
La sorpresa del terreno fértil
Gracias a esta preparación, el terreno se volvió tan fértil que incluso nacieron plantas que no fueron sembradas, pero cuyas semillas llegaron casualmente junto con otros ejemplares; tal es el caso de la quinua y varios cosmos que aparecieron ante la sorpresa de los Mendieta.
El éxito del cultivo de choclo
Rodeados por perejil, apio y habas que también sembraron, los Mendieta mostraron orgullosos las imponentes plantas de choclo que lograron producir, cada una con dos grandes mazorcas que están a punto de ser aptas para el consumo.
Una historia familiar llena de experiencia
Los hermanos Mendieta provienen de una familia dedicada a las plantas desde hace generaciones. Su gran experiencia los hizo merecedores de un premio en el Primer Concurso de Jardines y Árboles Frutales en 2013.
Inspirando a los orureños
Con este nuevo ejemplar en su terreno, Mary quiso animar a los orureños a plantar un árbol en su puerta o una flor en su jardín, ya que quedó demostrado que el suelo de Oruro es capaz de dar vida a cualquier especie. Enfatizó que los beneficios para la ciudad no solo serán estéticos, sino también ayudarán al medioambiente.