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Demencia temprana: cómo reducir el riesgo y proteger tu mente

La demencia temprana es un término utilizado para describir la demencia que ocurre antes de los 65 años. /Referencial
La demencia temprana puede afectar a personas menores de 65 años, causando deterioro cognitivo y problemas de memoria.


La demencia temprana es un término utilizado para describir la demencia que ocurre antes de los 65 años. Es una condición grave que puede causar deterioro cognitivo, problemas de memoria y dificultad para realizar actividades de la vida diaria.

No existe cura para la demencia temprana, pero hay algunas cosas que las personas pueden hacer para reducir su riesgo. Estas incluyen:

Llevar un estilo de vida saludable

– Llevar un estilo de vida saludable, lo cual implica comer una dieta saludable, hacer ejercicio con regularidad, mantener un peso adecuado y no fumar.

Controlar condiciones médicas crónicas

– Controlar las condiciones médicas crónicas como la presión arterial alta, la diabetes y enfermedades cardíacas, ya que estas pueden aumentar el riesgo de demencia.

Mantenerse mentalmente activo

– Mantenerse mentalmente activo mediante el aprendizaje constante, participación en actividades desafiantes y socialización con otras personas.

Consejos específicos para reducir el riesgo

En concreto, a continuación se presentan algunos consejos específicos para reducir el riesgo de demencia temprana:

Controlar la presión arterial

– Controlar la presión arterial: la hipertensión puede dañar los vasos sanguíneos y conducir a la demencia. El objetivo es mantenerla por debajo de 140/90 mmHg.

Controlar los niveles de azúcar en sangre

– Controlar los niveles de azúcar en sangre: la diabetes puede dañar los nervios y vasos sanguíneos, aumentando así el riesgo de demencia. El objetivo es mantenerlos en niveles saludables.

Mantener un peso adecuado

– Mantener un peso adecuado: el sobrepeso y la obesidad pueden incrementar el riesgo de demencia. Se recomienda tener un índice de masa corporal (IMC) igual o menor a 25.

Seguir una dieta saludable

– Seguir una dieta saludable: una alimentación rica en frutas, verduras y cereales integrales puede ayudar a proteger el cerebro de daños.

Realizar ejercicio con regularidad

– Realizar ejercicio con regularidad: el ejercicio contribuye a mantener el cerebro sano y funcionando correctamente. Se recomienda al menos 30 minutos de actividad moderada la mayoría de los días de la semana.

Es importante tener en cuenta que estos consejos no garantizan la prevención de la demencia temprana, pero pueden ayudar a reducir el riesgo. Si tienes alguna inquietud sobre tu riesgo de demencia temprana, es recomendable hablar con tu médico.


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